Fiesta de la carnalidad humana y sus excesos, fiesta de la purificación o la farsa, el origen del Carnaval tiene sus misterios y leyendas.
Ecuador se viste con máscaras, alegría y fiesta, pues llegó el Carnaval y nos brinda un largo feriado entre el 18 y 21 de febrero de 2023.
Fiesta pagana, fiesta del invierno y de la carne, fiesta de la sátira y de la rebeldía, el Carnaval tiene un origen tanto religioso como místico.
A continuación, cinco misterios del famoso y polémico Carnaval:
1. Carnaval, padre del caos
Para sorpresa de todos, el Carnaval guarda semejanzas con rituales egipcios y mesopotámicos que simbolizaban la lucha del caos contra el orden.
Esta dicotomía entre orden versus caos, la encontramos en dos de festividades romanas: las Lupercalia (rito de la purificación) y la Saturnalia (celebración de lo mundano).
Al parecer, los romanos heredaron esta última festividad de los griegos, que tenían dos rituales de desenfreno masivo conocidos como: las Bacanales y las Dionisias.
Además, el Carnaval, que coincide con la época de invierno, está relacionado con la cosecha y la siembra. Una simbología de las acciones y de las consecuencias humanas.
Estas fiestas se llamaban Saturnalia o Saturnales, Saturno era el dios más importante, dios padre de Roma y de la agricultura, duraban varios días y todo era un ambiente de gran carnaval. pic.twitter.com/e3GjPhr9Te
— Víctor (@letvvictor) December 21, 2022
2. El origen de los disfraces
El Carnaval de Venecia durante siglos fue un mecanismo de fuga para los italianos, quienes podían manifestar su descontento con las reglas de la ciudad y rebelarse ante el poder de las autoridades.
Esta fiesta alcanzó su máximo apogeo en el siglo XVIII, cuando los aristócratas de lugares muy diversos acudían ocultos con máscaras y disfraces multicolores.
A más de ser un símbolo de rebeldía, los disfraces se usaban para guardar el anonimato de los ciudadanos en estas licenciosas fiestas y dar rienda suelta al humor o las exageraciones en el comportamiento.
De aquí se derivan las comparsas alegóricas cargadas de parodia, humor y bullicio; encaminadas a criticar el orden establecido.
3. Una fábula carnavalesca
Cuenta la fábula que Don Carnal y Doña Cuaresma se citaron para una batalla días antes del miércoles de ceniza.
Don Carnal tan solo pensaba en comer, beber y alimentar sus vicios y apetitos elementales. Por su parte, Doña Cuaresma tenía una personalidad más recatada, cumplidora con sus obligaciones, especialmente, con las religiosas.
La batalla se sucedió y ganó la Cuaresma porque Carnal se sirvió un enorme banquete la noche antes y la borrachera y los excesos lo dejaron inerme y mal parado.
De este modo, la derrota llevó a Don Carnal a sumirse en una jornada de penitencia y a arrepentirse, aunque como un acto de purificación logra sublimarse cada Domingo de Ramos.
4. Febrero, a purificarse
Carnaval representa una batalla entre el caos y el orden. En el antiguo Egipto estas ideas estaban representadas por Osiris y su hermano Seth, respectivamente.
El caos, representado por Seth, cada año amenazaba con invadir la tierra. Por eso, el viejo ritual conocido como el Heb Sed, es un acto necesario de purificación y renovación.
Curiosamente, 'febrero' proviene del latín 'februare', que quiere decir, literalmente, purificarse.
5. Burla, sátira, banquetes
Además de humor, jolgorio y sátira, la palabra 'Carnaval' hace referencia a la despedida de la carne. Tal y como indica la tradición, la carne no se puede consumir en los siguientes 40 días de la cuaresma cristiana, antes de la Pascua.
Este mes es propicio para los platos tradiciones de cada geografía resalten en la mesa con opciones diferentes, con el fin de cumplir dar rienda suelta a los apetitos y celebrar grandes banquetes.
El mote pata, en Cuenca, por ejemplo, se hace presente para dar la bienvenida al Carnaval.
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