Liga Deportiva Universitaria se reencontró con la historia y volvió a escribir una página inolvidable para sus hinchas. Venció a Fortaleza en penales y es campeón de la Copa Sudamericana.
Punta del Este. - Sufrir hasta el final. Así fue la final, pero valió la pena, porque los hinchas vieron a su equipo jugar uno de los partidos más intensos que se le recuerden a Liga de Quito en los últimos 12 años. ¡Llegó la quinta estrella para la 'U'!
Fortaleza se plantó firme, no se escondió y jugó de igual a igual en el estadio Domingo Burgueño Miguel. Fue un muy digno rival, con una hinchada que fue mayoría y que se hizo sentir de principio a fin.
De hecho, a momentos daba la sensación que Fortaleza podía ampliar la ventaja y llevarse el partido. Pero al equipo brasileño le costó concretar las ocasiones de gol.
Además, enfrente estaba el equipo de Luis Zubeldía, que se ha fajado en cada partido de la Copa Sudamericana y en la final, sus jugadores corrieron y pelearon hasta el último centímetro del campo de juego.
Fortaleza no pudo ante el Rey de Copas de Ecuador, que en Punta del Este alcanzó su quinta estrella internacional. "Volveremos volveremos", corearon los hinchas en las últimas semanas. Y este 28 de octubre, volvieron a lo más alto de América, porque la 'U' ya es un gigante con cinco coronas.
Fue impresionante ver el sacrificio de todos los jugadores de la 'U'. Debe ser el partido en el que más corrieron, pero también en el que más corazón pusieron. Y en el que más sufrieron.
Por eso, los 'albos' se llevan el título a Quito. Un título que ha costado más de la cuenta y que el 'Mundo Liga' hoy lo celebra, porque han sido 12 años intentando llegar a este momento.
La fiesta
Apenas se acabó el partido, los jugadores se abrazaron y gritaron. Fue un desahogo. Los penales le pusieron demasiada tensión a la final.
Y después, corrieron al otro lado de la cancha a celebrar con los más de 4.000 hinchas que llegaron hasta Punta del Este. "La hinchada está de fiesta, porque los jugadores sudan la camiseta", retumbó desde la popular.
Fue una fiesta, Ricardo Adé lució la bandera de Haití, el país donde nació, pero al que no puede viajar hace más de dos años. Mauricio Martínez se colgó en el cuello la bandera de Argentina. Leonel Quiñónez se puso un sombrero y empezó a bailar solito en la cancha. Y Paolo Guerrero mostró su bandera peruana.
Y hasta Esteban Paz se dio su baño de popularidad. Cuando los jugadores hicieron fila para aplaudir al equipo rival, el dirigente se acercó a la tribuna y recibió la ovación de la hinchada.
