La halterista ecuatoriana dejó atrás las adversidades que le presentó la vida y alcanzó la gloria olímpica, al adjudicarse una histórica medalla de oro en los Juegos de Tokio 2021.
La falta de recursos para desarrollarse en la halterofilia, la pérdida inesperada de su madre, el positivo en una primera prueba de Covid-19 a pocos días de la competición, no la frenaron y encontró el máximo impulso para derrotar todas esas situaciones y llegar a lo más alto de podio.
La pureza de su técnica, la fuerza y el carácter los cultivó día a día en cada lugar de entrenamiento, pero de manera especial, en su casa en el Puyo, en Pastaza, donde su primera inspiración y formadora de ese carácter triunfador los recibió en su hogar por parte de su madre.
"Si tuviera que describir a mi madre en dos palabras, sería la mujer maravilla", resaltó Dajomes a los 15 años, cuando logró el título juvenil júnior en el Mundial Sub'17, Usbekistán de 2013. Después debutó en unos Olímpicos, los de Río 2016, con un diploma olímpico al ubicarse en el séptimo puesto en su categoría
La deportista de 23 años rindió el domingo 1 de agosto homenaje a su madre fallecida (hace dos años y a un hermano hace tres), sus hermanos, su familia, a los que siempre estuvieron con ella y en la premiación enseñó la palma de su mano, donde se leía: "Mamá, hermano".
Mostrando siempre una sonrisa, con la mirada hacia el objetivo y el impulso para conquistarlo, Dajomes es una auténtica fuente de éxito, de triunfos, de grandes resultados. Si con 15 años fue campeona mundial, al que luego sumó dos títulos mundiales más a nivel juvenil en Georgia 2016 y Tokio 2017, en su carrera también impuso varios récords, entre mundiales y panamericanos.
En cada entrenamiento en su Puyo natal nunca le faltó la música, desde la salsa hasta melodías románticas y, por supuesto, sus mascotas: sus perros, con los que se relajaba tras las agotadoras sesiones de entrenamientos, con la vigilancia y orientaciones del entrenador ruso Sergey Ignatov, quién goza de su absoluta confianza y seguridad.
Neisi Dajomes celebra su victoria en levantamiento de pesas en los Juegos Olímpicos de Tokio, el 1 de agosto de 2021. Reuters
Dajomes se preparó junto a su hermana menor Angie Palacios, de 20 años, que la semana pasada debutó en unos Juegos Olímpicos y se ubicó sexta en su categoría, por lo que recibió el diploma olímpico.
Neisi Dajomes siempre exigió ser atendida en sus requerimientos para lograr una mejor respuesta técnica y física, y por ello en más de una ocasión tuvo fricciones con directivos deportivos, como lo reconoció a Efe el presidente de la Federación Ecuatoriana de Levantamiento de Pesas, Luis Zambrano.
La potencia física, la disciplina con que se prepara, el amor que muestra por lo que hace para desarrollar una técnica llena de pulcritud y la juventud de Dajomes, abren un camino infinito, para no solo ser la primera mujer ecuatoriana en adjudicarse una medalla de oro de unos Juegos Olímpicos, sino para seguir triunfando como lo ha hecho desde niña.
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