El tenista ecuatoriano incursionó en la comunicación durante el confinamiento por la pandemia del Covid-19. Su ciclo de entrevistas a través de Instagram, llamado Una Taza De, empezó el 1 de mayo con el futbolista Ángel Mena. "Fue un invento de cuarentena. Tenía mucho tiempo libre y me tuve que reinventar", comentó.
Roberto Quiroz nunca se imaginó estar encerrado tanto tiempo en su casa. Mucho menos después de aquel 6 de marzo de 2020, cuando el equipo ecuatoriano de Copa Davis le ganó la serie a Japón y logró un cupo a las finales de Madrid. Quería más tenis.
El guayaquileño le comentó a PRIMICIAS que, debido a la paralización del tenis, buscó una actividad que no le genere dificultades y que tenga cierto impacto en la sociedad. No quería hacer periodismo. Su idea era promover una charla entre amigos, de carácter más informal.
"Siempre aclaraba que no estaba haciendo periodismo, porque eso es distinto y sé lo duro que se preparan. Tuve el apoyo de mi familia que siempre me dijo que a mi se me hace fácil conversar. Por eso intenté por ahí".
El nombre del segmento mutó con el transcurso de las semanas. Empezó con Una Taza de 20 Minutos Con (nombre del invitado). Sin embargo, en la primera entrevista que tuvo, con el exfutbolista de Emelec, duró más del tiempo establecido y pasó a Una Taza De.
Según Quiroz, la primera charla fue con Mena por su amistad con el jugador. Además, el tenista es hincha de Barcelona, por lo que empezó con un deportista que fue parte de su equipo rival (Emelec 2007-2016) para marcar la diferencia. Su idea era hablar con ecuatorianos, pero no solo vinculados al fútbol.
Desde un principio, Una Taza De tuvo bastante acogida del público. Incluso, los comentarios de familiares y amigos motivaron al tenista a seguir con su proyecto. Además de deportistas, se sumaron artistas y emprendedores. "Encontré una pasión que quizás no sabía que la tenía", reconoció.
Quiroz investiga a cada invitado desde su niñez hasta la actualidad. En el medio, busca historias y anécdotas que puedan servir como ejemplo de superación, perseverancia o lucha. Por lo general, prepara entre 25 y 30 preguntas. Sin embargo, eso varía dependiendo de si las respuestas son cortantes o más extensas.
De cada conversación saca algo positivo; todas tienen un tinte especial. Pero recuerda la charla que tuvo con el periodista Diego Arcos, de quien aprendió sobre muchos deportes. Asimismo, destacó la entrevista con el tenista argentino Diego Schwartzman (número 13 del mundo).
Por Una Taza De han pasado invitados como el futbolista Frickson Erazo, el artista Eduardo Maruri, la surfista Mimi Barona, el músico John Taleb, el bicicrocista Alfredo Campo, entre muchos otros.
Por otra parte, el tenista ecuatoriano reconoció que hubo una charla que le costó mantener. Fue con Marcela Ruete, una actriz ecuatoriana. Quiroz no la conocía y "no tenía mucha idea de su vida". Él sintió que la conversación fue "amiguera", pero no tuvo fluidez. De todas formas, rescató que salió de su zona de confort y lo ayudó a mejorar.
Uno de los aspectos que más le ha costado al tenista es cuadrar días y horarios de las entrevistas. Por lo general las hace en las noches. "Ahora se lo difícil que es coincidir en horarios y fijar un día para cada entrevista. Uno como deportista siempre ha estado del otro lado, imponiendo los horarios, pero esto me ha ayudado a desenvolverme y a ser paciente".
A pesar de otros inconvenientes, como por ejemplo con la conexión de internet, Quiroz considera que desde un principio el ciclo fue un éxito. Eso le ha mantenido ocupado, investigando y analizando otros deportes que le llaman la atención como el surf.
El deportista no descarta incursionar en la comunicación cuando se retire del tenis y así diseñar un proyecto más ambicioso. Tiene como referencia los casos de Javier Frana y Nicolás Pereira, exdeportistas que ahora destacan en el periodismo deportivo.
Por ahora, el ciclo se encuentra detenido ya que Quiroz regresó a entrenar en las canchas y está enfocado en recuperar su nivel.
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