La visita de la funcionaria estadounidense a Taiwán desató la reacción de China, cuyos aviones caza cruzaron el estrecho de la isla. Además, anunció medidas "contundentes y efectivas" que incluyen sanciones al territorio insular.
La presidenta del Legislativo de Estados Unidos, Nancy Pelosi, aseguró que su país "no abandonará" a Taiwán. Lo hizo durante su visita, que puso en pie de guerra a China con advertencias de sanciones comerciales y maniobras militares en torno a la isla.
Pelosi desarrolló una intensa agenda "no oficial", que incluyó visitas al Parlamento taiwanés, a la presidenta Tsai Ing-wen y un encuentro con activistas por los derechos humanos.
La funcionaria destacó a Taiwán como un "ejemplo" para el mundo, durante su encuentro con Tsai, quien a su vez condecoró a la visitante con la Orden de las Nubes Propicias por su "apoyo" al territorio y le agradeció sus "acciones concretas de apoyo en un momento crítico".
En una rueda de prensa posterior, Pelosi declaró que su país apoya el statu quo actual de la isla, y transmitió el deseo de que "nada le pase a Taiwán por la fuerza".
También elogió a Taiwán por la "construcción de un exitoso sector tecnológico". Según la representante, hay campo para la colaboración con Semiconductor Manufacturing International Corporation (SMIC), el mayor fabricante de microchips del mundo.
La presidenta de la Cámara de Representantes se encuentra en Corea del Sur, para continuar con su gira asiática.
La política estadounidense tiene previsto reunirse este jueves en Seúl con su homólogo surcoreano, Kim Jin-pyo, antes de desplazarse ese mismo día a Japón, última parada de su gira asiática.
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