La Sala Penal de Pichincha negó la apelación de la prisión preventiva solicitada por los detenidos. Ambos son investigados por el delito de rebelión, durante las protestas del pasado octubre.
La prefecta de Pichincha, Paola Pabón y el dirigente del correísmo, Virgilio Hernández, seguirán en la cárcel. Así lo ordenó el Tribunal Penal de la Corte Provincial de Pichincha tras negar la apelación a la prisión preventiva.
Ambos políticos están bajo investigación por el presunto delito de rebelión, durante las manifestaciones del pasado octubre.
Ante el tribunal, el fiscal provincial Alberto Santillán enumeró los elementos de convicción recabados durante la investigación y los indicios obtenidos en ocho allanamientos.
Se consideraron, también, las pruebas recabadas durante el allanamiento al edificio Sebastián de Benalcázar, el 27 de octubre.
Según la Fiscalía, estos elementos “darían cuenta de un presunto financiamiento para el cometimiento de los hechos vandálicos”. Para los acusadores, la Prefectura de Pichincha sirvió como lugar de encuentro.
Al dictarse el fallo, el abogado de los detenidos, Ramiro Aguilar, insistió que el caso se trata de una persecución política. Agregó que solicitaron medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“La única alternativa que le quedan a los presos políticos es la CIDH que espero se pronuncie sobre las medidas cautelares”, insistió el jurista.
La audiencia se prolongó por cinco horas. En los exteriores de la Corte se reunió un grupo de simpatizantes del correísmo para expresar consignas a favor de los detenidos.
Legisladores del bloque de la Revolución Ciudadana rechazaron el fallo judicial en las redes sociales. El asambleísta Pabel Muñoz cuestionó que la mayor parte de los detenidos por las manifestaciones esté en libertad, excepto sus coidearios.
Otro detenido
El cantautor chileno Juan Paredes Guzmán también fue detenido como parte de las investigaciones por el delito de rebelión.
El arresto se realizó luego de un allanamiento a su domicilio en Quito. Allí la policía encontró dos escopetas que el acusado no pudo justificar.
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