Los gimnasios en Guayaquil se preparan para reabrir. El gremio asegura que sufrió pérdidas durante la cuarentena y pide exenciones de impuestos.
Los gimnasios de Guayaquil tienen la mirada puesta en el semáforo. Esperan que cambie de amarillo a verde para poder abrir sus puertas, luego de tres meses y medio de cierre por la pandemia de Covid-19.
Si bien no hay una fecha exacta para que la ciudad pase a verde y se relajen las restricciones de movilidad -se estima que será antes del 15 de julio-, los gimnasios ya se preparan.
El primer paso fue formar un gremio donde están 100 locales de actividades físicas del país. El siguiente fue elaborar un protocolo de bioseguridad.
Según Carlos Guerrero, miembro de la directiva del gremio, la paralización por la pandemia ha significado meses duros. "Hay gastos operativos que siguen pese a que el local sigue cerrado”, dice.
En Guayaquil, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal estableció la hoja de ruta que deberán cumplir todos los gimnasios. Será la Dirección de Justicia y Vigilancia del Municipio de Guayaquil la que dé el visto bueno final, con base al documento enviado por el gremio.
¿Cómo será esa nueva normalidad en los gimnasios? Guerrero explica las medidas incluidas en el protocolo presentado al COE Cantonal.
- El uso de mascarilla será obligatorio.
- Habrá cubrebocas especializados y que son reautilizables. Los entrenadores recomiendan su uso.
- Los clientes tienen que agendar su horario, por llamada o mensaje de texto, porque hay que respetar el aforo máximo del 30% en cada local.
- La persona tendrá máximo de 40 o 50 minutos para entrenar.
- Luego de este tiempo, el dueño del gimnasio deberá desinfectar la máquina o área utilizada.
- Se respetará un espacio de mínimo dos metros entre cada máquina de ejercicios.
- Habrá clases grupales, como aeróbicos, pero siempre con el límite del aforo.
Además, quienes tienen membresías pero no pudieron utilizarla por la cuarentena, podrán activarlas y recuperar el tiempo perdido.
Entre el alquiler de pesas y clases virtuales
Para sobrevivir, Guerrero se ayudó con el alquiler de equipos como las pesas o mancuernas. También recurrió a entrenamientos virtuales vía Zoom. Él es dueño del gimnasio Nautilus en Guayaquil.
Asegura, sin embargo, que los ingresos que tuvo por estos rubros no fueron suficientes para cubrir los gastos operativos como electricidad o salarios.
Por experiencias como la suya, el gremio se pide exenciones en el pago de impuestos. Uno los requisitos del COE para la operación de los gimnasios es que estén al día en el pago de tributos como los prediales.
Según cifras del gremio, el 25% de los gimnasios habría cerrado a escala nacional. Las pérdidas superarían los USD 25 millones, en especial porque en la Costa era la temporada de playa, una época alta para captar clientes.
Ahora, los dueños de estos locales suman nuevos gastos para cumplir con los protocolos de bioseguridad.
Gustavo Mejía, dueño de Corporal Gym, dice que hará nuevas inversiones para comprar gel antibacterial y toallas de papel con sus dispensadores en cada área del local.
"También gastaré en comprar termómetros y debo contratar a una persona que desinfecte el lugar cada hora", dice Mejía. Él estima que destinará hasta USD 2.000 por mes para estos gastos.
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