Miles de partidarios del expresidente Jair Bolsonaro dejaron una estela de destrucción en los edificios del Palacio del Planalto, el Supremo Tribunal Federal y el Congreso Nacional, a los que irrumpieron violentamente el 8 de enero de 2023.
Las oficinas fueron asaltadas y vandalizadas, se destrozaron obras de arte, infraestructura, equipos electrónicos y mobiliario.
El objetivo de los manifestantes con los ataques era provocar el derrocamiento del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Hay más de 1.500 detenidos que serán investigados por su participación en los ataques.
