Con la infraestructura energética dañada por los ataques rusos y ante la llegada inminente del invierno, cada vez más ucranianos dependen de la leña para calentar sus hogares.
Un ejemplo es la ciudad de Kramatorsk (este) que se quedó sin suministro de gas después de que el único gaseoducto desde Járkov (norte) fuera dañado. Por ello, varios ciudadanos están recurriendo a estufas de leña para sobrevivir.
En otra ciudad, Leópolis, los habitantes descubrieron que las estufas se calientan mucho más rápido cuando son alimentadas con leña, que trocean y almacenan en los áticos de los edificios.
La situación en Ucrania está lejos de solucionarse, puesto que el sábado Rusia analizó una nueva ofensiva militar. Y el presidente ruso Vladimir Putin ha sido acusado de querer utilizar el invierno europeo como arma militar.
