La líder política conservadora tendrá que administrar uno de los momentos más críticos para la economía británica, con problemas similares a los que debió resolver Margaret Thatcher.
Liz Truss, la nueva primera ministra del Reino Unido, tendrá que enfrentarse a uno de los momentos más complicados para Gran Bretaña.
El país vive una crisis generalizada, con una inflación de 10,1%, que es la más alta de los últimos 40 años.
Los analistas prevén que, con un crecimiento bajo, una inflación alta y la crisis energética causada por la invasión de Rusia a Ucrania, la renta de las familias británicas podría reducirse drásticamente.
Estos desafíos se parecen a la situación que encontró, en 1979, la también líder conservadora Margaret Thatcher, la primera mujer electa como primera ministra de Gran Bretaña y la gobernante que más tiempo duró en el cargo, del que salió en 1990.
Thatcher tuvo que lidiar con una inflación alta y con un país al borde de la recesión.
Y lo hizo implementando una serie de políticas de austeridad, desregulación y privatizaciones conocidas como 'Thatcherismo'.
El fantasma del racionamiento
Aunque Liz Truss ha descartado que recurrirá a los cortes programados de electricidad que se vieron al inicio de la era de Thatcher, es probable que los británicos tengan que soportar algún tipo de racionamiento a partir de diciembre.
Esto porque Gran Bretaña y la Unión Europea importaban de Rusia más del 30% del gas que necesitan para generar suficiente energía. Y la demanda sube en los meses de invierno.
El consumo de gas natural en Europa debería caer un 15% para evitar cortes de energía en el invierno, cuando las sanciones al comercio de combustibles rusos entrarán en pleno vigor.
Mientras tanto, solo uno de cada siete británicos opina que Liz Truss será mejor primera ministra que Boris Johnson.
Esto según un sondeo rápido realizado por YouGov.
Truss, que en el pasado se mostró partidaria de recortar los impuestos en lugar de las "limosnas", prometió que en su primera semana en el cargo tomará medidas inmediatas para hacer frente a la subida de las facturas de la luz y a la crisis energética.
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