Las listas de restaurantes adornan el estatus culinario, como una medalla que aportar a la hoja de vida. Dan proyección a los restaurantes incluidos y por encima de todo, alimentan el ego del cocinero. Al recibir la noticia hinchan tanto el pecho que empiezan a necesitar cuatro tallas más de camisa.

A los grandes congresos internacionales, los de verdad, se asiste por invitación, y esta obedece a los méritos profesionales del cocinero. A lo que has hecho de diferente durante el año o los últimos años.

También a lo que merece la pena ser mostrado al público más entendido del planeta gastronómico, mayoritariamente integrado por cocineros y prensa llegada de todo el mundo.

El próximo lunes, Alejandro Chamorro formará parte de esa élite culinaria que puede presumir de haber sido ponente en Madrid Fusión, que cumple veintidós años de vida y es, nadie lo discute, el congreso gastronómico más importante del mundo.

Solo se lo puede pelear San Sebastián Gastronomika, que por su lado es el congreso más antiguo, y también uno de los de mayor prestigio.

La presencia de Alejandro Chamorro y Pía Salazar viene impulsada por la iniciativa de Quito Turismo, que ha logrado que la capital de Ecuador sea la ciudad invitada en esta edición del congreso.

Quito tendrá un stand en el que mostrará sus productos y una parte de su propuesta culinaria. Imagino cafés -ojalá un buen barista para contarlos y administrarlos-, seguro que mishke, presentado y servido por Alejandro Sánchez, bartender en Tributo, y chocolates.

Santiago Cueva (Marcando el Camino) dará una lección de chocolatería en Pastry, un certamen paralelo, en el que podrá unir dos historias: Guayaquil fue siempre la capital ecuatoriana del cacao, y Quito el epicentro del chocolate.

Alejo y Pía subirán al escenario el lunes en hora punta. Les han reservado un espacio entre dos grandes tríos de la cocina mundial.

Antes suyo, la terna que lidera Disfrutar** (Barcelona), uno de los restaurantes más avanzados y comprometidos del mundo: Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas, antiguos jefes de cocina de El Bulli.

Después de la exposición de Nuema, llegan los hermanos Roca -Joan, el cocinero, Josep, el sumiller y jefe de sala, y Jordi, el postrero-, responsables del Celler de Can Roca*** (Girona), uno de los grandes mundiales.

Al comienzo de la jornada, el vasco Andoni Adúriz (Mugaritz**, Rentería), el italiano Massimiliano Alajmo (Le Calendre***), el chef más joven en conseguir las tres estrellas Michelin, con 26, y el austriaco Konstantin Filippou (Konstantin Filippou**, Viena). Un elenco de estrellas culinarias para empezar la primera jornada.

Nuema mostrará su cocina entre los grandes y las raíces que la justifican, que viene a ser la increíble biodiversidad que acogen las tres regiones clave en nuestra vida: selva, costa y sierra y la miriada de estratos biológicos que se articulan en cada una de ellas.

Merece la pena tenerlo en cuenta. Es el producto lo que nos hace o nos debería hacer diferentes. Y para que eso suceda, Ecuador necesita sentirse orgulloso; todavía nos queda demasiada vergüenza.