Las urnas de votación se abrirán el domingo a las 07:00, para ofrecer a los ecuatorianos una salida en un país quebrado tras el crimen de Fernando Villavicencio.
El asesinato de Fernando Villavicencio, acribillado el pasado 9 de agosto por presuntos sicarios colombianos cuando salía de un mitin en el norte de Quito, sacudió el escenario electoral y pone a los votantes de Ecuador a decidir con temor.
Los ecuatorianos llegan a las urnas con dudas sobre este crimen y una espiral de violencia, que podría terminar con una tasa de 40 homicidios por cada 100.000 habitantes, superando así a países como Venezuela.
La experta en seguridad, Carolina Andrade, atribuye la crisis de seguridad a la ausencia de un Estado que ataque de manera frontal al auge del crimen.
A su juicio, se ha permitido la aparición de una "gobernanza criminal", especialmente del sistema penitenciario, toda vez que las bandas delictivas tienen el control interno de las cárceles.
Frente a esa situación crítica, ella sugiere que el próximo gobernante del país, que sustituirá a Lasso este mismo año, tenga un liderazgo firme en la toma de decisiones, dando prioridad al gasto en seguridad.
Y es que el año pasado, de los USD 200 millones asignados a seguridad, el Ejecutivo solo se ejecutó un 30%.
"Ese es el nivel de prioridad que le ha dado el Gobierno del presidente Guillermo Lasso a la seguridad", critica la experta.
Los ocho candidatos presidenciales que terciarán el 20 de agosto en las urnas también han puesto como caballo de batalla la lucha contra la inseguridad.
La tarea es difícil porque hay una "ciudadanía desesperada" que por momentos se "autoconfina, que tiene miedo a salir de la casa", que reduce sus traslados habituales, concluye Andrade.
En medio de este temor, los ecuatorianos llegarán a unos recintos electorales altamente resguardados y a los que incluso la Policía ha pedido que no vayan a votar con mochilas o paquetes.
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