En junio empieza la capacitación de 1.400 nuevos agentes para las cárceles. Los aspirantes miran con recelo la inseguridad que se vive en los presidios de Ecuador.
"Yo creo que hasta aquí llegué. 40 muertos en Santo Domingo". Ese fue el mensaje que Melanie (nombre protegido) escribió en el chat de WhatsApp que comparte con otros 90 aspirantes a guías penitenciarios.
Envió el texto al mediodía del lunes 9 de mayo de 2022. Ese día, el país se consternó por la sexta masacre en las cárceles en menos de 15 meses. 44 presos de la Cárcel de Bellavista, en la provincia Tsáchila, fueron asesinados en medio de una batalla campal entre bandas criminales.
Justamente, Melanie es de Santo Domingo. Tiene 21 años y empezó el proceso de reclutamiento con el afán de incorporarse al cuerpo de agentes penitenciarios de su ciudad. Pero, la última masacre le hizo dudar.
El sábado 7 de mayo, Melanie viajó a Quito a rendir la prueba psicológica y seis días después fue notificada con un resultado positivo. Sigue en el proceso y ahora debe prepararse para la prueba académica que es el siguiente y más complicado filtro. Pero, todavía no sabe si continuará.
En una situación similar se encuentra Carlos (nombre protegido). En su caso, las dudas y el miedo no son personales, sino que vienen de su mamá. El pasado martes 10, la mujer recibió en su teléfono imágenes sin censura de la matanza en Santo Domingo.
La impresión le provocó un llanto prolongado. Su hijo, un joven de 26 años, salió de su trabajo y fue a buscarla para calmarla. Ella le pidió que dejara el proceso, le dijo que tiene miedo. Él también aprobó la prueba psicológica y está estudiando para la siguiente etapa. Espera que su mamá acepte su decisión.
Dos aspirantes de la provincia de Imbabura abandonaron el grupo de aspirantes, el día de la última matanza. PRIMICIAS los contactó y ambos decidieron dejar ese proyecto de vida, debido a la crisis de seguridad. Para no arrepentirse prefieren no revisar el resultado de su prueba psicológica.
Una oportunidad
Al mensaje que escribió Melanie, Roberto, un guayaquileño de 22 años, respondió con un texto motivacional. Pidió a sus compañeros que no se desanimen y que vean lo que está pasando como una oportunidad.
"Más bien piensen que ahorita necesitan agentes. Nos van a graduar de una", escribió el residente del Guasmo. Desde que se graduó del colegió ha intentado ingresar a la Policía y la Agencia de Tránsito. Espera que el cuerpo de agentes penitenciarios sea el intento definitivo.
Al ser consultado por sus motivos para buscar carreras ligadas a la seguridad, el joven explica que, ante la falta de acceso a la universidad pública y las pocas opciones de empleo, esas plazas son las que mejores sueldos y estabilidad ofrecen.
Además, dice Roberto, en Guayaquil no hace falta que trabajes en la cárcel para que te maten. Un excompañero suyo del colegio estuvo entre los cinco fallecidos que dejó una balacera ocurrida en la Playita del Guasmo, el 21 de enero de 2022.
El actual proceso de selección de agentes penitenciarios está a cargo de la Policía Nacional. Hasta ahora, los aspirantes han atravesado las fases de registro, verificación de estatura, entrega de documentos y evaluación psicológica.
En las siguientes fases deberán rendir pruebas académicas y físicas. Así como pasar una evaluación médica, odontológica, toxicológica y una entrevista personal.
Finalmente, quienes pasen todas estas etapas, ingresarán en junio a los centros de formación. Y, luego de dos meses podrán incorporarse al trabajo de campo en una prisión.
Una carrera complicada
Los graduados ingresarán a la nómina del Servicio de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI). Tendrán el cargo de agente de seguridad penitenciaria 3, con un sueldo mensual de USD 833,90.
Durante su carrera, los nuevos guías podrán ascender a un rango 2 con un sueldo de USD 1.088. Y, posteriormente, al rango 1 con un salario de USD 1.232. Ese el escalafón más alto que pueden alcanzar.
En Ecuador, un guía custodia a 62 personas privadas de la libertad, según datos del Servicio de Nacional de Atención a Privados de la Libertad (SNAI). Esa cifra es el doble a los 30 detenidos por cada guía que recomienda la norma internacional.
¿La razón? Desde 2010, la población penitenciaria se multiplicó por cuatro, pasando de 9.000 detenidos a los 36.000 actuales.
Sin embargo, el número de miembros del Cuerpo de Vigilancia y Seguridad, al que pertenecen los guías penitenciarios, ha mantenido su promedio de 1.650 integrantes.
Para empeorar el panorama, los guías no poseen ningún tipo de armamento, letal o disuasivo, para controlar a los presos al interior de las cárceles. Esto los pone en una situación de vulnerabilidad.
Aunque las cifras oficiales sobre agentes de seguridad penitenciaria heridos o asesinados no son públicas. El propio SNAI y la Policía Nacional ha reportado cuando algunos de estos eventos han sucedido.
Solo en lo que va de 2022, por ejemplo, se ha informado el asesinato de cuatro guías penitenciarios.
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