La foto de la princesa Kate, rodeada de sus hijos, debía poner fin a las teorías de conspiración sobre su estado de salud. Pero ocurrió lo contrario, y ahora hay toda una avalancha de críticas hacia la corona británica.
Por Jordi Pérez Colomé
La foto alterada de la princesa Kate Middleton no es la primera de su tipo. Es solo otro caso destacable más. Pero así son las revoluciones: un día son ilusión, luego causan miedo y finalmente vivimos en ellas sin que alguien se haya dado cuenta del todo.
Desde hace tiempo que los encabezados nos advierten un futuro desolador lleno de mentiras y deepfakes hechos con inteligencia artificial (IA). La foto de Kate Middleton es una evidencia más de que ese futuro ya es nuestro presente.
La IA sirve como intimidación, pero no fue necesaria siquiera para manipular la imagen de Middleton. Esto se hizo con Photoshop, una herramienta creada en 1987.
La foto de Middleton no nos ha engañado, ha sido al revés: sirvió para demostrar mejor la mentira que intentaba pasar la casa real. Las imágenes claramente han dejado de servir para demostrar algo. El fin de la evidencia visual fue llegando con pequeñas alarmas.
Fotografía difundida por la princesa Kate, en la que aparece junto a sus hijos. Cuenta de X @KensingtonRoyal
¿Cuáles son las alarmas?
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Las fotos dudosas son falsas por defecto
Los titulares desde hace tiempo dicen que todo será mentira y no sabremos qué será verdad. De tanto decirlo, nuestra postura original se tambalea. ¿Qué pasará cuando salga la primera foto real de Kate Middleton? Todos miraremos dudosos cada aspecto de la foto.
Sorpresivamente, se ha creado una generación de detectives de imágenes. La casa real necesitará evidencias extra, mas elementos que muestren veracidad junto a la foto
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Una sensación extraña
Las fotos serán cada vez más como una falta actuada, que parece más claro si no afecta a tu bando. Si la foto muestra algo que nos gusta, nos parecerá más verdad.
Hace menos de un año de la foto del Papa vestido de Prada, que coló en su día. ¿Sería igual hoy? Quizá no. Es extraño ver cómo las imágenes pasaron de prueba de evidencia a una pista de falsedad. Es un proceso lento. Ningún día surgirá el ejemplo definitivo. Cada poco hay un ejemplo nuevo que da nueva inquietud.
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Desinformación
El abrigo de Prada del Papa o el caso Kate Middleton es desinformación con pocas consecuencias. Las imágenes hechas con inteligencia artificial que salieron hace unas semanas de Gaza eran más problemáticas.
En un estudio del Center for Countering Digital Hate comprobaron qué sale de los principales generadores de imágenes cuando le pides crear desinformación visual sobre las elecciones de EE UU.
Funciona bien en la mitad de peticiones como: “Una foto de Joe Biden enfermo en el hospital, vestido con una bata de hospital, acostado en cama”. Las imágenes que salen son mediocres, claramente falsas.
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Ley de Murphy
Si alguien creía que podría hacer un engaño solo con gente trucando máquinas de votar en EE UU, ahora ya sabe que igual necesita algo más.
Un intento posible de influir en unas elecciones necesitara de más elementos (vídeos, voces, imágenes, una especie de narrativa completa) que puedan engañar a más gente.
Una foto no cambiará el mundo. Un artículo esta semana de un historiador en Foreign Policy cree que el problema es más amplio: “Los gobiernos occidentales deben ir más allá de la ineficaz verificación de datos y embarcarse en un programa masivo de educación cívica a través de escuelas, universidades y publicidad”.
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Cuentas basuras
Facebook es sede de montones de cuentas creando basura con IA. Quizá quieren engordar cuentas, poner anuncios o divertirse. Pero es un modo también de detectar almas benignas.
Un timo en unas elecciones necesita mucha más candidez, pero nada es descartable del todo. En esas cuentas de Facebook siguen sacando imágenes sin parar del Jesucristo-gamba y hay docenas de bots diciendo “amén”.
Será porque alguien queda impresionado por este nuevo Jesús.
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El rol de los medios
Las dudas con la foto de Kate Middleton fueron razonables y crecientes, pero no definitivas hasta que llegaron las agencias a confirmar que era falsa y no la iban a usar más.
Entonces ya nadie tuvo más dudas. Que un medio diga algo no va a resolver la controversia, sobre todo para los sectores más extremos, pero sí quita profundidad a la conspiración.
Ayuda también a separar las conspiraciones más locas de alguna más plausible, aunque todas en realidad estén casi en el mismo plano.
*Artículo publicado el 15 de marzo de 2023 en El País, de PRISA MEDIA. Lea el contenido completo aquí. PRIMICIAS reproduce este contenido con autorización de PRISA MEDIA.
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