Ya pasaron cinco días desde la eliminación de Ecuador, y todavía nos preguntamos si la gestión del DT Gustavo Alfaro en Qatar 2022 fue un fracaso.
Un balance que permita realizar una afirmación categórica es difícil, debido a los contextos de un proceso futbolístico muy rico, pero también muy controversial.
Las acepciones de la Real Academia de la Lengua de fracaso van desde el resultado adverso de una empresa hasta la caída con estrépito. ¿Cuál calza en Alfaro?
"El mejor Mundial"
El primer problema es que el mismo entrenador se fijó como desafío registrar el "mejor Mundial de la historia" de Ecuador. Y no, en Qatar eso no pasó.
La Selección del Mundial de 2006 sigue siendo la mejor en términos de números: el equipo de Luis Fernando Suárez sumó seis puntos, venció dos veces y alcanzó los octavos de final.
En Qatar, Alfaro solo sumó cuatro puntos y una victoria, y fue eliminado en primera ronda. Hizo más que en 2002 (tres puntos, una victoria) y lo mismo en 2014.
Gustavo Alfaro en el banco de suplentes de uno de los partidos de Ecuador en el Mundial de Qatar 2022. EFE
"Más futuro que presente"
Pero no se puede decir que la aventura de Qatar fue una caída con estrépito. Hay atenuantes y el principal es que se plantó para la Tricolor del futuro.
El equipo, con un promedio de edad de 24,8 años, podrá llegar al Mundial de 2026 en plena madurez, más allá de quién sea el entrenador.
Es verdad que, en rigor, una Copa del Mundo no es un evento de siembra sino de cosecha, pero ese fue el proceso elegido por la Ecuafútbol.
"Voy a ganar"
Alfaro también se fijó como meta ganar. Se ganó poco, es cierto, pero la Tricolor compitió, hizo bulla y peleó hasta el pitazo final con Senegal.
Qatar 2022 fue un fracaso moderado y no un suceso funesto. Hagamos lo posible para cosechar en 2026 lo sembrado.
Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.
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