El británico terminó llorando, tras vencer al suizo Stan Wawrinka por 3-6, 6-4 y 6-4 en la final del torneo ATP 250 de Bélgica, donde se alzó con el título, el primero tras su regreso después de que le implantaran una prótesis en la cadera en enero de este año.
Lo que parecía imposible, lo consiguió Murray en dos horas y 27 minutos, y después de haber librado dos durísimos partidos para llegar a la final:
En cuartos contra el rumano Marius Copil (6-3, 6-7 y 6-4) en dos horas y 35 minutos. Y en semifinales venció al francés Ugo Humbert, (3-6, 7-5 y 6-2) en dos horas y 22 minutos.
"Significa mucho para mi, después de los problemas que he tenido en los últimos años. Ha sido un gran partido. Stan (Wawrinka) ha jugado increíble", dijo Murray tras contener las lágrimas sobre la pista.
"No esperaba esto y por eso estoy muy feliz", dijo el británico que se va de Bélgica con buenas sensaciones, ya que ganó la Copa Davis también en este país, hace cuatro años.
El regreso
El tenista de 32 años dejó temporalmente el tenis, ya que se tuvo que implantar una prótesis en su cadera, en enero de este año. En junio volvió a jugar de manera profesional y este domingo consiguió el título en Amberes.
Padre de dos hijos y con su esposa embarazada del tercero, Murray bromeó en la pista al señalar que debía salir corriendo.
"Estamos esperando el tercer hijo, mi familia se está haciendo grande, y debo salir deprisa", comentó para recordar el apoyo de su esposa.
Murray, situado esta semana en el puesto 243 del mundo, no ganaba un torneo desde hace dos años, cuando venció en la final de Dubai al español Fernando Verdasco, cuando era número uno del mundo.
Con su victoria en Amberes se ha convertido en el jugador de ranking más bajo que se hace con un torneo ATP, desde el español Pablo Andujar (355) cuando ganó el de Marrakech el año pasado.
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