Los dirigidos por Pep Guardiola anotaron tres goles en cinco minutos para remontar su partido ante el Aston Villa y llevarse el título de la Premier League. El Liverpool quedó segundo, a un punto de diferencia.
El Manchester City, que solo habían remontado un partido esta temporada en liga, se desquitó del mazazo psicológico que le produjo el Real Madrid en la Champions League con una agónica victoria ante el Aston Villa.
Los 'celestes' se había complicado la vida y perdían en el minuto 75 por 0-2 contra un Villa que no tenía nada en juego, pero al que Steven Gerrard, leyenda del Liverpool, empujó hasta que pareciera que jugaban por sus vidas.
Los 'villanos' habían provocado que al City le temblaran las piernas, como en el Bernabéu, pero apareció Ilkay Gundogan para desatascar el drama. Primero un cabezazo, en el 76, para seguir creyendo.
El gol del alemán fue un respiro, aunque la liga no estaba aún perdida, porque el Liverpool a unos kilómetros de distancia en Anfield, era incapaz de ganar al Wolverhampton Wanderers.
En ese momento, solo la diferencia de goles hacía campeón al City, un riesgo que se tornaría en realidad cuando el Liverpool anotó y se puso adelante en su partido.
Entonces apareció el golazo de Rodri, un toque con el interior desde fuera del área que Robin Olsen fue incapaz de atajar. Ahí la remontada era ya un hecho. Quedaban 10 minutos por delante y el Etihad rugía.
No tardó en caer otro. Las botas de Kevin De Bruyne crearon un pase terrorífico dentro del área que Gundogan empujó a la red en el segundo palo.
El título de la Premier es del City, el cuarto de los últimos cinco años, todos bajo el mando de Guardiola. El octavo en total, el sexto desde la llegada del dinero de Emiratos Árabes Unidos.
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