El 52% de estas explosiones corresponde al uso de dinamita industrial, y la mayoría se vincula a extorsiones a locales y negocios en Guayaquil.
Guayaquil está por terminar un 2023 en medio de cientos de atentados con explosivos, y donde en uno de los hechos un presunto extorsionador murió tras manipular un taco de dinamita.
Precisamente, en la rueda de prensa sobre este suceso, el comandante de la Policía Nacional en la Zona 8, Víctor Herrera, informó que se han registrado 285 explosiones en la ciudad en lo que va de 2023.
Al menos el 52% de los atentados, dijo Herrera, se han perpetrado con tacos de dinamita de fabricación industrial. En el hecho más reciente, el delincuente utilizó material destinado para la minería.
"De acuerdo con las denuncias post explosiones, la mayoría son por extorsiones, y deberían ser considerados actos terroristas", añadió el Comandante policial, este jueves.
En opinión de Herrera, al tipificarlos como actos terroristas, los causantes de estos hechos podrían recibir penas de cárcel mayores a los 20 años.
Según el Comandante, la muerte del extorsionador en la avenida Francisco de Orellana, ocurrida la noche del 27 de diciembre, fue el segundo caso de este tipo registrado en Guayaquil.
"Hoy ha fallecido el causante, pero mañana pueden ser niños o adultos mayores que pasan por el lugar", enfatizó Herrera.
En ese sentido, el jefe policial de la Zona 8, que abarca Guayaquil, Durán y Samborondón, hizo un llamado a la ciudadanía para que denuncie los lugares y viviendas donde se sospecha almacenan explosivos de forma ilegal en la ciudad.
Dijo que mucha veces los presuntos extorsionadores de negocios y locales comerciales son sujetos sin experiencia, que manipulan material industrial sensible y pueden causar desastres de mayor magnitud.
"En el momento en que uno o varios tacos de dinamita exploten en un domicilio, vamos a tener una situación dolorosa".
General Víctor Herrera Leiva, comandante policial de la Zona 8.
Las extorsiones han crecido exponencialmente en Guayaquil y otras provincias de Ecuador, y serían un mecanismo para alimentar a las bandas delincuenciales.
Además, datos policiales estiman que la banda criminal Los Tiguerones sería la responsable de la mayoría de actos extorsivos en la ciudad.
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