Los casos de violencia digital, como el ciberacoso o el 'grooming', varían según la edad. Lo peligroso es que la mayoría de las víctimas nunca pone una denuncia.
¿Sabe usted con quien chatea su hijo en Internet? ¿Sabe quiénes son sus contactos o amigos en redes sociales? Si la respuesta es ‘No’ a todas las anteriores, hay más riesgos de que un niño o adolescente sea víctima de violencia digital.
La violencia ‘online’ no es un mito en Ecuador, porque según cifras de la Fiscalía, entre enero de 2015 y diciembre de 2021 se reportaron 1.000 denuncias por delitos contra niños, realizados a través de medios electrónicos.
Pero, ¿qué es la violencia digital? "Se refiere al uso de las tecnologías para acosar, intimidar, amenazar o dañar a una persona", explica la directora de ChildFund Ecuador, María Cristina Barrera.
En el caso de los niños y adolescentes, dice Barrera, la violencia digital tiene graves consecuencias en su identidad y desarrollo.
Debido a que los abusos ‘online’ varían, esta es una guía para prevenir los riesgos, según la edad:
Tipos de violencia digital
El cyberbullying o acoso digital es la forma de violencia online más común. Según la firma de ciberseguridad ESET, el 60% de niños y adolescentes en Internet ha estado expuesto a alguna forma de ciberacoso.
Estas agresiones son más que burlas y bromas hacia la víctima, y pueden provocar daños que atentan contra la salud mental y física.
Pero no es el único tipo de amenaza, hay otras como:
- Acecho o ‘stalking’: cuando un adulto, que finge ser un menor de edad, monitorea cada actividad de un niño, a través de redes sociales.
- Sexting: una práctica sexual que consiste en el envío de fotos o videos íntimos de manera consensuada.
- Fraping: ocurre cuando un tercero accede a las cuentas de redes sociales de un adolescente.
- Grooming: se refiere al adulto que contacta a un niño para ganar su confianza y ser su ‘amigo’. La verdadera intención de estas prácticas es abusar sexualmente de un menor de edad.
- Exclusión y cancelación: ambas prácticas se relacionan y consisten en excluir a un joven de un chat de WhatsApp, de una red social o de un club de videojuegos de forma deliberada, para que no sea ‘parte’ del grupo.
Según Barrera de ChildFund Ecuador, tanto hombres como mujeres están expuestos en igual medida a la violencia digital, porque "vivimos en un contexto cultural donde la violencia se ha vuelto parte de las relaciones".
Pero señala que las adolescentes son propensas a otras prácticas de control y chantaje por sus parejas, "como la exigencia de compartir contraseñas para espiar sus conversaciones".
La importancia de denunciar
Si bien tres de cuatro niños y adolescentes han sufrido violencia digital, la mayoría no denuncia los casos, señala la fundación ChildFund Ecuador.
La importancia de denunciar las conductas de bullying u otro tipo de acoso digital es que no permite que la violencia salte al mundo real.
Barrera explica que muchos jóvenes no denuncian estas prácticas por falta de conocimiento y poca conciencia sobre los riesgos en Internet.
También desconocen las instituciones a donde acudir, que en este caso es la Fiscalía, a través de su unidad de delitos informáticos.
Por otra parte, hay jóvenes que callan porque temen ser ridiculizados o que su denuncia se 'viralice' en redes sociales.
"Al ser Internet y las redes un espacio público, las personas sienten temor de ser juzgadas o discriminadas cuando sus casos se conozcan".
María Cristina Barrera, directora de ChildFund Ecuador.
La fundación promueve la campaña “Naveguemos Seguros”, para a través de recursos educativos prevenir y minimizar los peligros en Internet.
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