En Eagle Pass, en la frontera sur de Estados Unidos con México, boyas, alambres de púas y muros de contenedores intentan frenar el ingreso de migrantes.
Sin embargo, muchos habitantes que viven en esta zona del país norteamericano consideran a estas medidas inhumanas e inútiles, ya que quienes quieren llegar a Estados Unidos siguen lanzándose a cruzar el río Bravo a toda costa.
El cruce del río es la última etapa de un peligroso viaje que suele llevarles semanas o meses a cientos de migrantes provenientes de Venezuela, Ecuador, Colombia y otros países de Sudamérica y Centroamérica.
