Además de las multas por no votar o no presentarse como miembro de una mesa electoral, el incumplimiento de la ley seca acarrea una sanción.
Más de 13,4 millones de ecuatorianos están convocados a las elecciones presidenciales y legislativas extraordinarias del 20 de agosto. Y al igual que en otros comicios, se imponen varias normas durante el proceso electoral, como la llamada Ley Seca.
Según el artículo 123 del Código de la Democracia, la Ley Seca impide la distribución, venta o consumo de bebidas alcohólicas 36 horas antes y 12 horas después del día de las elecciones.
Con base a esta normativa, la prohibición de ingerir o comprar alcohol regirá desde las 12:00 del viernes 18 de agosto a nivel nacional. Y acabará al mediodía del lunes 21 de agosto.
Por otra parte, la multa para quienes infrinjan la ley seca será del 50% de un salario básico unificado, es decir, USD 225.
También, si una persona es vista en estado etílico o bebiendo en la vía pública durante los comicios, puede ser retenida por la Policía Nacional.
Estas elecciones en Ecuador ocurren en un contexto de violencia, marcado por el asesinato del presidenciable Fernando Villavicencio y de la inseguridad en ciudades donde operan bandas ligadas al crimen organizado.
Además, simultáneamente se votarán dos plebiscitos que proponen detener la extracción de petróleo del Bloque 43-ITT, en el amazónico Parque Nacional Yasuní, y prohibir la minería en el Chocó Andino, dentro del área metropolitana de Quito.
Se tiene previsto que el proceso arranque el domingo desde las 07:00 hasta las 17:00, y en los recintos electorales usados en las seccionales de febrero.
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