Estamos a un mes del primer partido de la Recopa Sudamericana. El 22 de febrero, Liga de Quito comenzará a competir en su primer torneo internacional sin la adusta mirada de Esteban Paz como dirigente. Será el inicio oficial, en la cancha, de una nueva era para la 'U'. Cunden los nervios.
Pocas veces un proceso dirigencial comienza su andadura con tanta expectativa e incertidumbre en partes iguales. Afinando la mirada, hay un poco más angustia que de tranquilidad porque, aunque el 85% del equipo que consiguió el año anterior el histórico doblete se mantiene, persiste la sensación de que el modelo 2024 de Liga necesita más consistencia.
Es solo una impresión, por supuesto, quizás generada por el prejuicio de que un absoluto neófito está a cargo del banquillo. Liga pasa del explosivo y experimentado entrenador Luis Zubeldía, puntilloso con la estrategia y apasionado del juego, a un Josep Alcácer que apenas dirige desde 2002, y nunca en Primera.
Es posible que los refuerzos que vengan -se anunciarán en los próximos días- resulten un acierto. Hay esperanzas, por ejemplo, en lo que pueda hacer el boliviano Gabriel Villamil, dueño de una pegada exquisita. Pero, por norma, un equipo de alta competencia necesita de un líder más fogueado, sobre todo en nuestro inefable fútbol ecuatoriano, donde todo puede ocurrir.
Parte de la presión que sufre Liga pasa, además de los títulos de 2023 (¡más alta la vara no podía quedar!), en que Fluminense es el rival a vencer en la Recopa. Hay una sed de revancha por parte del Fluzão debido a las finales perdidas ante la 'U', así que este nuevo duelo tiene un sabor especial, para los cariocas y para los universitarios.
Por eso, a Isaac Álvarez, el nuevo mandamás de Liga, le vendría muy bien un triunfo. Eso le daría credibilidad y también una plataforma para arrancar su gestión con el apoyo de los hinchas. Y se desprendería un poco de la larguísima sombra de los Paz. Álvarez, después de todo, está a dos partidos de ser el primer dirigente de Liga en conseguir un trofeo internacional sin la antigua Comisión.
¡Ah, pero si Fluminense gana, se vendrá el acabose! Como es habitual en los ultra-sensibles hinchas albos, las quejas serían demoledoras y habría presión adicional para los partidos de la Copa Libertadores y la LigaPro. Lo peor serán las comparaciones con Esteban Paz.
En todo caso, Isaac Álvarez no podrá quejarse si la Recopa se le va de las manos y le llueven las críticas. Sabía que esto podría pasar. Después de todo, encabeza un club cuyo estadio se llama Rodrigo Paz Delgado, quien además tiene una estatua ahí mismo. Escapar de la mirada vigilante de Papá Oso será, gane o pierda, imposible.
Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.
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