Deportistas olímpicos y paralímpicos recibieron un homenaje en Carondelet

Por primera vez, los deportistas olímpicos y paralímpicos se reunieron después de su participación en los Juegos de Tokio. Tras un evento en el coliseo del Ministerio del Deporte, los atletas participaron de una caravana que recorrió algunas calles quiteñas.

La caravana culminó su recorrido en el Palacio de Carondelet, donde los deportistas recibieron un reconocimiento por parte del presidente Guillermo Lasso, tras los logros conseguidos en Japón.

Deportistas, entrenadores, guías y otras personas de la delegación que estuvo en Tokio, asistieron a Carondelet para recibir el reconocimiento del primer mandatario.

Una de las más fotografiadas fue la pesista Neisi Dajomes, que se quedó con la medalla de oro en la categoría de los 76 kilogramos. De hecho, ella habló en representación de sus compañeros.

"Haber llegado a Juegos Olímpicos y Paralímpicos ya nos hizo unos campeones. Hemos hecho historia, y la historia la hemos hecho las mujeres negras, así que me siento muy honrada de ser una afroecuatoriana", dijo Dajomes en el salón amarillo.

Guillermo Lasso felicitó a cada uno de los integrantes de la delegación y los invitó a un almuerzo en el Palacio de Carondelet.

"El apoyo del Estado, de la empresa privada, de las universidades debe ser permanente y constante, no solamente en los momentos de éxito, sino desde los inicios de la carrera de ustedes, los deportistas, que hoy nos entregan glorias al Ecuador. Lo más valioso es el ejemplo que han dado a nuestras niñas y nuestros niños", expresó el Presidente.

En el evento, el Presidente Lasso entregó el reconocimiento económico que se había previsto para los deportistas que logren medallas en Tokio.

Neisi Dajomes, Richard Carapaz y Poleth Méndes recibieron USD 100.000, por las medallas de oro; Tamara Salazar, USD 80.000 por la medalla de plata y Anaís Méndez y Kiara Rodríguez, USD 60.000 por la medalla de bronce.

Después del acto protocolario, el presidente Lasso y los deportistas salieron a saludar al balcón de Carondelet, donde recibieron los aplausos de algunos aficionados.

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