El Bono de Desarrollo Humano es el que alcanza a una mayor cantidad de personas: 418.898, el 42% del total. Para 2020, el gobierno destinará USD 1.123 millones en ayudas sociales.
Una de las beneficiarias es Sandra Qumbal. No tiene casa, trabajo fijo ni un bien a su nombre. Ella recibe USD 77 mensuales del Bono de Desarrollo Humano (BDH) desde 2012, a pesar de que el monto asignado es de USD 50.
Los USD 27 adicionales se explican porque es madre de dos niñas de 7 y 13 años. Esta condición le ha permitido ser parte de la lista del 'Bono Variable', que entrega un monto extra por cada hijo menor de 18 años, según el Ministerio de Inclusión Económica (MIES)
Ella espera con ansiedad cada fin de mes para recibir el dinero que lo destina a la educación y alimentación de sus hijas. Lo que necesita para pagar servicios básicos, transporte, arriendo y vestimenta lo obtiene de su trabajo ocasional: limpia casas en el valle de los Chillos.
Ella esperaba que el beneficio aumente luego de que el presidente Lenín Moreno haya anunciado un incremento de USD 15 para el 1.018.426 personas que pertenecen a lo siete programas sociales más importantes que tiene el Estado.
Pero con la derogatoria del decreto 883 que eliminaba el subsidio a la gasolina extra y al diésel, el incremento de los bonos quedó insubsistente, pues el objetivo era que el incremento sirva para mitigar la eliminación del subsidio.
Qumbal aspira a tener un negocio de venta de víveres. Para lograrlo dice que deberá limpiar más casas porque los USD 77 del BDH ya están destinados para sus hijas y sus necesidades.
¿Los bonos sirven para salir de la pobreza?
El pago de bonos representa una importante carga en el presupuesto general del Estado. La Proforma Presupuestaria para 2020, enviada el jueves 30 de octubre de 2019 a la Asamblea Nacional, contempla la inversión de USD 1.123 millones en ayudas de carácter social.
"El objetivo es que no existan personas que necesiten bonos porque han salido de la pobreza", dice el economista Alberto Acosta Burneo. Pero, mientras eso ocurre cree que es necesario mantenerlos porque se destinan a ayudar a las personas más vulnerables.
Acosta Burneo dice que para erradicar la pobreza se necesita un cambio estructural, que todavía no ha llegado a Ecuador.
Este criterio es compartido por el sociólogo Ricardo Sandoval, quien dice que la ayuda económica que entrega el Estado es parte de la distribución de la riqueza que genera el país.
Es por eso que considera que en algún momento la cifra debe aumentar para que sus beneficiarios puedan satisfacer todas sus necesidades.
Sin embargo, Acosta Burneo dice que el gobierno debe hacer una depuración de los listados para que el dinero se destine a quienes en realidad lo necesitan.
También señala que, si se eliminarían los subsidios a la gasolina y al diésel, habría más recursos orientados a atender los requerimientos de las personas con menos poder adquisitivo.
Sandoval agrega que la entrega de bonos debería estar acompañada de capacitaciones para que los beneficiarios puedan emprender en algún negocio que los ayude a salir de la pobreza.
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