Prácticas wellness que puedes comenzar hoy

Las prácticas wellness son hábitos y actividades que promueven el bienestar general. Abarcan diferentes áreas, como la nutrición, el ejercicio, la gestión del estrés, la conexión social y la salud emocional. El objetivo es lograr un equilibrio que no solo favorezca la ausencia de enfermedad, sino que también mejore la calidad de vida.

¿Cómo el wellness puede mejorar la salud?

La adopción de hábitos wellness tiene un impacto significativo en nuestra salud física, al reducir el riesgo de enfermedades crónicas, mejorar la función cardiovascular, fortalecer el sistema inmunológico y aumentar los niveles de energía diaria. Además, contribuyen a reducir la ansiedad y la depresión, mejorar la claridad mental y fomentar una mayor resiliencia emocional.

Este último punto es un factor clave para llevar una rutina óptima. De hecho, la Organización Mundial de la Salud señala que “El bienestar emocional es mucho más que la ausencia de enfermedad, es una parte intrínseca de la calidad de vida individual y colectiva”.

¿Cómo incorporar prácticas wellness en el día a día?

Para integrar estos hábitos en tu vida diaria, es esencial establecer objetivos realistas y alcanzables. Comienza con pequeños cambios, como incorporar una breve caminata o añadir más vegetales a tus comidas. Utiliza herramientas como calendarios o aplicaciones móviles para recordarte tus nuevas rutinas y mantenerte motivado.

Entre algunas de las acciones que te recomendamos implantar están:

• Ejercicio regular: No es necesario convertirse en un atleta de élite para disfrutar de los beneficios de la actividad física. Caminar 30 minutos al día, practicar yoga, o participar en clases de baile son formas divertidas y efectivas de mantenerse activo.

• Alimentación nutritiva: Adoptar una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, proteínas magras y granos integrales tiene la capacidad de transformar tu salud. Evita alimentos procesados y azúcares añadidos en exceso.

• Sueño de calidad: Dormir entre 7 y 9 horas por noche es crucial para la recuperación física y mental. Establece una rutina de descanso consistente, creando un ambiente relajante antes de acostarte.

• Mindfulness y meditación: La práctica de mindfulness y la meditación pueden ayudar a calmar la mente y reducir la ansiedad. Dedica al menos 10 minutos al día para sentarte en silencio, concentrándote en tu respiración y dejando de lado las preocupaciones cotidianas.

“Si sientes que estás teniendo un mal día, puedes recurrir al mindfulness para sentirte mejor, tener una visión más positiva de la vida y disminuir los altos niveles de estrés”.

Psic. María José Zambrano

• Conexión social: Las relaciones sociales son un componente vital del bienestar. Dedica tiempo a conectar con amigos y seres queridos, ya sea a través de llamadas, mensajes o encuentros en persona.

• Tiempo al aire libre: Actividades como caminar en un parque, hacer senderismo o simplemente pasar tiempo en un jardín mejoran el estado de ánimo.

• “Aunque al comienzo nos puede costar un poco, la perseverancia y el desarrollar estos ejercicios todos los días nos va a ayudar a mejorar”. Psic. María José Zambrano Foto: Francisco Tapia

Recuerda que el bienestar es un viaje, no un destino. Con paciencia y perseverancia, puedes transformar tu rutina diaria y experimentar los numerosos beneficios que estas prácticas tienen para ofrecer.