Si gana la consulta popular impulsada por Yasunidos habría que cerrar 225 pozos, desarmar una planta de procesamiento de petróleo, una red de oleoductos y 12 plataformas en el Yasuní.
La petrolera estatal ecuatoriana Petroecuador tendría un año para desmontar la infraestructura del bloque 43-ITT en el Yasuní si los ecuatorianos votan a favor del cierre de operaciones en esa área.
El 20 de agosto los electores volverán a las urnas en unos comicios extraordinarios que incluyen una consulta sobre si debe cerrar la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní, en la Amazonía.
El problema, según el Gobierno es que la Corte Constitucional aprobó la consulta popular sobre el Yasuní con un retraso de 10 años, pues se había planteado por primera vez en 2013.
En esos 10 años Petroecuador inició la explotación petrolera en el llamado bloque ITT (Ishpingo, Tambococha, Tiputini) ubicado parcialmente en el Yasuní.
La extracción de petróleo en el ITT comenzó en 2016, para ello fueron construidas varias instalaciones e infraestructura por un valor de USD 1.952 millones.
Una inversión de esta magnitud se puede comparar, por ejemplo, con la del Metro de Quito, que demandó de una inversión de USD 2.009 millones.
Las instalaciones petroleras del ITT ocupan 80 hectáreas de las 300 hectáreas que tiene el bloque.
Petroecuador alega que estas 80 hectáreas representan el 0,004% del millón de hectáreas que tiene el Parque Nacional Yasuní, por lo que el impacto en esta reserva natural es mínimo.
Una de las instalaciones principales en el ITT es la Central de Procesos Tiputini (CPT). Se trata de una planta que separa el agua del petróleo antes de que sea transportado desde la Amazonía hasta la provincia costera de Esmeraldas. La CPT tuvo un costo de USD 350 millones.
Por otro lado, en el ITT existen 225 pozos en operación, que producen 54.800 barriles diarios de petróleo.
Además, hay central de generación de electricidad, zonas de embarque, campamentos, 12 plataformas petroleras, oleoductos secundarios, accesos ecológicos (caminos de acceso).
Un plazo corto
Si gana el Sí en la consulta impulsada por Yasunidos, Petroecuador tendrá un año para desmantelar todas estas instalaciones.
Ramón Correa, gerente de Petroecuador, ha explicado que este plazo es insuficiente. El cierre de una actividad petrolera no es tarea fácil y desmontar la infraestructura del ITT tomaría al menos cuatro años.
"Abandonar un campo no es simplemente apagar los pozos, hacer maletas y salir del área".
Ramón Correa
Las tareas incluyen poner tapones de cemento a los pozos petroleros, para cumplir con las regulaciones ambientales, dice Correa.
"Luego, tendremos que desmantelar la infraestructura, volverla chatarra, y dejar la selva como la encontramos", explicó Correa en entrevista con el canal Telerama.
Un costo millonario
El proceso técnico de reversión o abandono de un campo o de un bloque petrolero no solo toma tiempo, también cuesta dinero.
Petroecuador ha estimado que desmantelar las instalaciones e infraestructura construidas en el ITT costará al menos USD 467 millones.
Pedro Bermeo, vocero de movimiento Yasunidos, dice que no es un costo extra para Petroecuador, pues en el plan de desarrollo de la actividad petrolera constan las inversiones para cierre de actividades petroleras.
Pero el decano de la Facultad de Ingeniería en Geología, Minas, Petróleo y Ambiental de la Universidad Central, Gustavo Pinto, dice que esos costos podrían subir si se tienen que acortar los plazos de cierre de las actividades en el ITT.
Además, Pinto explica que hay costos extra para Petroecuador, pues la infraestructura que tendrá que ser desmantelada aún no ha cumplido su vida útil.
Otro argumento de Yasunidos es que el ITT tiene un petróleo de baja calidad, que no es rentable. Por eso, ellos creen que el campo solo arrojará USD 200 millones anuales en ingresos en los próximos años y no los USD 1.200 millones que espera Petroecuador.
Pinto dice que Petroecuador puede alcanzar los USD 1.200 millones con inversiones en tecnología.
Pinto considera que el mayor problema de una eventual decisión en la consulta para dejar el petróleo en tierra es que el país tendría que importar más combustibles a precios internacionales y eso lo paga la población.
Además, la producción petrolera produce ingresos para financiar la compra de combustibles y el Presupuesto del Estado.
"No hay una alternativa a corto y mediano plazo que pueda reemplazar el petróleo como recurso energético. Tampoco se ve que a mediano plazo las actividades turísticas puedan reemplazar los ingresos petroleros, como se ha propuesto", concluye Pinto.
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