El 20 de agosto, los ecuatorianos deberán decidir si continúa o no la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní.
El movimiento indígena de Ecuador pidió votar "Sí" en la consulta que propone cesar la explotación del yacimiento petrolero Bloque 43-ITT, uno de los más importantes del país y que se encuentra en el Parque Nacional Yasuní.
En una rueda de prensa realizada en El Coca, líderes de organizaciones indígenas nacionales y regionales consideraron que frenar la extracción de crudo del Bloque 43-ITT sería un aporte de Ecuador para combatir el calentamiento global.
Así lo señaló el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Leonidas Iza, quien abogó porque Ecuador camine hacia una transición que abandone "el modelo global de consumo capitalista que consume tres veces más recursos que los que ofrece la Madre Tierra".
El líder de la Conaie reconoció que la consulta se centra únicamente en el Bloque 43-ITT y no afecta a los Bloques 16 y 31, que también operan en el Yasuní.
Aunque consideró que el yacimiento bajo consulta se ubica en el corazón del Parque Nacional.
Iza apuntó a dejar esos territorios en manos de los pueblos indígenas, en particular a la nacionalidad waorani, cuyo territorio ocupa gran parte de la reserva natural, junto a otras comunidades de la etnia kichwa.
"La ciencia ha determinado que los territorios mejor cuidados para enfrentar el cambio climático son los territorios de los pueblos indígenas, que aproximadamente somos el 5% de la humanidad. Aproximadamente 400 millones de seres humanos", afirmó Iza.
Acusan al gobierno de mentir
El líder indígena acusó al Gobierno de centrar la consulta únicamente en términos económicos y de mentir al decir que la paralización del Bloque 43-ITT provocaría que el Estado deje de recibir USD 1.2000 millones en beneficios de renta petrolera, lo que a su criterio sería mucho menos.
En ese sentido, propuso incrementar el impuesto a la renta para las personas con mayores ingresos y patrimonio para compensar el agujero fiscal que supondría abandonar la explotación del ITT.
Iza también argumentó que el abandono del ITT favorecería la protección de los tagaeri y taromenane, dos pueblos indígenas que habitan en aislamiento voluntario dentro del Parque Nacional y cuya zona intangible limita con el yacimiento.
Esta circunstancia es considerada uno de los motivos que llevaron en años pasados a al menos dos enfrentamientos con población huaorani en los que se registraron fallecidos.
"Que nos dejen en paz"
Por su parte, el presidente de la Organización de Nacionalidades Waorani de la provincia de Orellana (ONWO), Germán Ahua, aseguró que su pueblo se ha visto "muy afectado por los petroleros, desde que comenzaron hasta ahorita".
"Sigamos manteniendo nuestra selva viva. Ya basta la explotación. No queremos más la explotación porque siguen matando la vida de las nacionalidades (indígenas)".
Germán Ahua
Asimismo, la dirigente de Mujer y Familia de la Conaie, Alicia Cahuiya, recordó que ella es una huaorani nacida en el Yasuní y afirmó que "durante más de 50 años han explotado nuestra casa sin consentimiento del pueblo huaorani".
"Queremos que por fin nos dejen en paz. Si ganamos vamos a ser un alivio para la Amazonía", auguró.
Diferencias entre huaorani por el Yasuní
No todos los huaorani están de acuerdo en cesar la explotación petrolera.
Los líderes de Kawymeno, la única comunidad huaorani de las siete comunidades indígenas que habitan dentro del Bloque 43-ITT, se manifestaron a favor de que siga la explotación, ya que ven en ella una fuente de trabajo y de servicios básicos como salud, educación y transporte.
Ellos acusaron a los líderes nacionales del pueblo huaorani de tomarse su nombre indebidamente y pedir el cese del petróleo.
El Bloque 43-ITT, que es operado por la petrolera estatal Petroecuador, es el cuarto campo más productivo de Ecuador, al aportar unos 55.000 barriles al día.
Esto significa el 11% de la producción nacional, que ronda los 480.000 barriles diarios, según datos oficiales.
La consulta nacional se votará el 20 de agosto, en coincidencia con las elecciones generales extraordinarias, después de una batalla legal de 10 años del colectivo Yasunidos para que se pudiese celebrar.
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