Tres personajes con historias diferentes y en lugares distintos han vuelto a dar la razón a Sócrates quien dijo que "para gozar de una buena reputación, hay que preocuparse en ser lo que se aparenta ser".
En Reino Unido, Australia y Estados Unidos la gente ha devorado las más de 410 páginas de la controversial autobiografía del duque de Sussex 'Spare' ('En la sombra', en español), en la que revela detalles íntimos de su infancia; de cómo afrontó la muerte de Lady Di, su madre; de su matrimonio con la actriz estadounidense Meghan Markle y hace revelaciones sobre la corona británica, que han sacudido a la casa de Windsor.
La editorial Penguin Random House, que publicó el libro del príncipe Harry, dice que se han vendido más de 1,4 millones de ejemplares, desde que se lanzó el 10 de enero pasado, en 16 idiomas, en todo el mundo.
El hijo menor del rey de Inglaterra quiere defender su reputación.
Con similar avidez, en varias partes de Iberoamérica, se ha buscado el relato 'Los vientos' del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, en el que se sospecha habría anticipado, casi dos años atrás, la ruptura con su novia Isabel Preysler, cuya casa madrileña abandonó, antes de la última Navidad, luego de haber vivido ocho años juntos.
La prensa, la televisión y las redes no han parado de hablar de la separación, y han buscado saber más, luego de que la socialité diera la noticia, versión con la cual el escritor, al parecer, discrepaba.
Vargas Llosa se encargó de dar la suya, aunque sea en una declaración al paso, en la vereda de su casa.
Lo que acaba de pasar con Shakira, en los últimos días, es de una dimensión estratosférica.
Ni ella que está acostumbrada a una vida artística de éxitos, premios y reconocimiento podía haber imaginado la repercusión de su última creación.
En apenas tres días, más de 100 millones vieron en YouTube la canción 'Shakira: BZRP Music session Vol. 53', creada junto a Bizarrap, el artista argentino de moda. Han roto todos los récords.
La letra es la revelación de lo que pasó para llegar a la ruptura con el futbolista español Gerald Piqué; por lo que cada verso tuvo autonomía de vuelo y se elevó a las alturas.
"Una loba como yo, no está pa’tipos como tú, Uuuhh/ A ti te quedé grande y por eso estás con una igualita que tú, Uuuhh/ Cambiaste un Ferrari por un Twingo; cambiaste un Rolex por un Casio/ Valgo por dos de 22/ Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan", dice, entre otras muchas cosas, la melodía.
Nitroglicerina pura, de la que se ha escrito en las páginas de Música y Arte, en las de Deportes y en columnas de Opinión.
La revista Rolling Stone, referente de la música, dijo que la canción recordaba a la gente la superestrella que es Shakira.
Un príncipe, un premio Nobel y una cantautora son de esferas diametralmente opuestas, pero con algo en común: figuras mediáticas que no permiten que nadie hable por ellos, porque son ellos quienes tienen la versión fidedigna de los hechos.
Tras considerar que ha tenido una cobertura negativa de la prensa, dicen que Harry decidió controlar la narrativa de su vida.
No conforme con una miniserie de Netflix, que, además, le habría dejado ingresos por USD 100 millones, el duque de Sussex ha sacudido el Reino Unido con su autobiografía, que ya es la obra de no ficción más vendida de las últimas décadas, por la que habría recibido un adelanto de UDS 18 millones.
El hijo del rey de Inglaterra ha dicho su verdad.
El premio Nobel de Literatura quiso mantenerse alejado de los focos mediáticos, pero luego de que Isabel Preysler contara de su separación, aludiendo a motivos con las cuales discrepaba, Vargas Llosa dio los suyos.
Habló, directamente, con los periodistas y hasta les habría mandado mensajes a través de sus más cercanos.
Cuentan que la ruptura de Shakira de Piqué fue dolorosa, pero ella no solo que no se dejó caer, sino que hizo de la crisis su mejor oportunidad para hablar y también para regresar, triunfante, a su vida artística y facturar millones.
Tras el éxito de 'Te felicito' y 'Monotonía', en los que daba pistas de por qué se separaron, la colombiana ha completado lo que se está llamando la trilogía de la venganza.
En la última canción ha contado su verdad.
No deja de sorprender los códigos que manejan estas celebridades; el sentido de oportunidad que tienen. La convicción y pasión por el deber con su público y el amor propio que exhiben.
De manera inevitable, uno piensa en las autoridades de Ecuador y mira a Carondelet y no deja de sentir un gran desasosiego.
Faltos de convicción, carentes de sentido de la urgencia y hasta de reflejos, apenas si reaccionan de manera paquidérmica.
Es como si habitaran en otra dimensión
Recién 24 horas después de la denuncia de La Posta sobre 'El Gran padrino', emiten un pobre comunicado, en el que ni siquiera mencionan el tema.
El secretario de la Administración va a la Asamblea y llega como petrificado, responde con monosílabos, al punto de que, ante una caterva de asambleístas desinformados, que no están ni bien enterados de la denuncia, deja más dudas que certezas.
El presidente Lasso da una entrevista para endosar al periodista la tarea de investigar y le ofrece entregar documentos, cuando él tiene la obligación de mostrarle al país entero.
Dispone al secretario Anticorrupción investigar el caso, cuando a la prensa siempre le han dicho que el trabajo del funcionario no es investigar la corrupción, sino elaborar políticas públicas de prevención.
Ante semejante tétrico escenario y viendo como los demás se rompen por seguir a Sócrates, mostrando que son lo que aparentan ser, uno concluye que, en materia reputacional, al Gobierno le hacen fata el desenfado del príncipe Harry, la solvencia del Premio Nobel y el talento de Shakira.
Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.
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