Al presidente Daniel Noboa se le atravesó la historia el 9 de enero de 2024 cuando un violento asalto a un canal de TV, visto en directo en el país y el exterior, y la amenaza de un desenlace sangriento lo llevó a decretar “conflicto armado interno”, identificar como terroristas a 22 grupos violentos a los que convirtió en objetivo militar, y recibir el apoyo de los ecuatorianos y el respaldo unánime de la Asamblea Nacional.
Cuatro semanas después, su estrategia ha dado algunos resultados:
- Las cifras muestran la disminución de muertes violetas en las zonas más peligrosas de varias provincias
- Las cárceles han sido limpiadas repetidamente
- Se ha capturado y entregado a Colombia a un par de peligrosos narcotraficantes requeridos por ese país
- Y se ha sacado del mercado varias toneladas de droga, entre esas 22 encontradas en una finca en Los Ríos, valoras en más de USD 1.000 millones.
La guerra recién ha empezado y el tiempo que dure y los logros que se consigan nadie se atreve a anticiparlos, pero es apoyada por la mayoría de los ecuatorianos, y por la comunidad internacional, lo que le ha valido al presidente alcanzar cifras positivas antes nunca registradas.
De hecho, si las elecciones fuesen este momento, Daniel Noboa ganaría la Presidencia de la República en una sola vuelta, porque cuenta con el apoyo del 82% de la población, según la más reciente encuesta de Comunicaliza.
Pero los comicios son el próximo año, y los resultados dependerán de cómo marche la guerra. Y, sobre todo, de lo que pase con la economía que sigue en terapia intensiva y bajo pronóstico reservado, según coinciden todos los expertos.
Esto lo conocen al dedillo el presidente Noboa, los bloques parlamentarios y todos los políticos, incluidos aquellos que lo apoyaron al inicio de su gestión, pero que hoy no se atreven a adoptar las medidas prescritas para sanear la economía, por los efectos que podrían causarles en las urnas.
Si en enero la violencia se atravesó en el camino del gobernante, hoy es la reelección la que se ha puesto al frente.
Noboa parece haber empezado a moverse pensando primero en las urnas al dejar entrever que el altísimo respaldo que tiene del pueblo ecuatoriano no lo usará para tomar decisiones graves como focalizar los subsidios al diésel que lo usan hasta los contrabandistas y los grupos violentos a los que persigue, sino solo las gasolinas como lo ha anunciado, evidenciando que el sentido de la historia y el valor del legado no los tiene bien mesurados.
Conducta idéntica se observa en la Asamblea Nacional, epicentro de la política y de las maniobras electorales, por lo que la unidad que se forjó en torno al combate al crimen organizado podría empezar a difuminarse, ya que las miradas de los parlamentarios se han desviado hacia el calendario electoral.
A estas alturas de la lucha contra el narco, los políticos intuyen que esta campaña requerirá de excepcionales destrezas de los contendientes del presidente-candidato, no porque él podría echar mano de la parafernalia del poder y tener ventaja, sino porque se trata de quién comanda la guerra contra el terrorismo, acción que la gente respalda.
Escuchar a Maquiavelo cuando decía que hay que conocer los tiempos y las circunstancias y ajustarse a los mismos parece un saludable consejo, porque atizar el odio y la descalificación, como ha sido costumbre en las campañas, pudiera poner en riesgo los votos.
Es probable que ahora mismo ya estén apelando a la discreción, y por eso han evitado comentar unos movimientos políticos de baja intensidad que se han dado desde el oficialismo, confirmando que la temporada electoral se avecina. Y anticipando que no habrá contemplación alguna a la hora de sumar nombres.
Diana Jácome, quien fuera candidata a la vicepresidencia en fórmula con Jan Topic, ha sido designada asesora del primer mandatario; en esa condición integró la comitiva del presidente Noboa en su viaje a Madrid.
Paola Jaramillo, asambleísta alterna de Jorge Acaiturri del social cristianismo, de quien se sabe trabajó en la Alcaldía de Jaime Nebot como asistente y coordinadora técnica en el Municipio de Guayaquil, ha sido nombrada directora de Acción Democrática Nacional (ADN) en Guayas.
El movimiento oficialista también designó como directora de ADN en Pichincha a Emilia Reece Holguín quien trabaja ahora en Carondelet. Ella es hija de Marcela Holguín, asambleísta del correísmo.
Además, ADN, que nombro como directora nacional a María Beatriz Moreno, mueve las fichas para obtener personería jurídica en el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Desde la semana anterior, en el país parece que todo se decide pensando en las próximas elecciones.
- Jaime Nebot anunció que el candidato del PSC en 2025 volverá a ser Jan Topic. Y la Revolución Ciudadana que repetirá con Luisa González.
- Carlos Rabascall, quien fuera candidato a la Vicepresidencia con Andrés Arauz, en 2021, ha anunciado su precandidatura presidencial por Centro Democrático, de Jimmy Jairala.
- Y Andrea González, que acompañó en la papeleta a Fernando Villavicencio, en 2023, buscaría la Presidencia por el movimiento Fuerza Valiente. Ella habla con Juan Esteban Guarderas, pero también con Guillermo Celi, de SUMA.
- Heny Cucalón, exministro de Gobierno y ex asambleísta, no oculta su deseo de participar, quizá por CREO.
- Y hay otros nombres más de otros sectores políticos, como Otto Sonnenholzer, de quien se desconoce si buscará terciar nuevamente.
El CNE también se ha reactivado: ha borrado de los registros al movimiento que auspició la primera campaña de Correa y al de Lucio Gutiérrez, quien ha apelado esa decisión; con certeza, pronto inscribirá a ADN.
Todo esto explicaría por qué la Asamblea Nacional antes de tomar cualquier decisión mira a Daniel Noboa.
La campaña en Ecuador se ha acelerado.
Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.
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