Entre crisis propias y heredadas, el presidente Noboa mantiene su popularidad

Tres días después de su posesión y con las incógnitas sobre un posible retraso en el pago de salarios, el presidente Daniel Noboa y su ministro de Economía, Juan Carlos Vega, anunciaron al país la grave situación económica que habían heredado. Ambos relataron que recibieron la peor caja fiscal de la historia, con apenas USD 184 millones en la Cuenta Única del Tesoro, y atrasos de USD 2.872 millones. Sin embargo, la indignación ciudadana apuntó a los anteriores mandatarios. Y el Gobierno ha logrado sortear la falta de liquidez para cubrir ciertas obligaciones, reacomodando fondos, accediendo a nuevos créditos multilaterales y consiguiendo que, pese a todo, el riesgo país siga bajando y haya alcanzado a 1.119 puntos.

El Primer Mandatario también llegó en un momento en que la Fiscalía puso en jaque al sistema judicial e, incluso, a una parte del Ejecutivo, con los escandalosos casos que destaparon la infiltración del crimen organizado en el Estado. Desde mediados de diciembre de 2023, la gestión de Diana Salazar en el Ministerio Público ha hecho tambalear a las estructuras delincuenciales enquistadas en el sistema de justicia. Y el presidente Noboa ha sabido adjudicarse parte del crédito y compartir con la Fiscal General la aprobación de la opinión pública.

En medio de los anuncios del Jefe de Estado de 'mano dura' contra el crimen organizado y los golpes de la Fiscalía al crimen organizado, la retaliación delincuencial estalló en enero, con motines carcelarios y actos de terrorismo en distintas ciudades. Al contrario de lo sucedido en otras administraciones, el presidente Noboa recrudeció su discurso y acciones, decretó un estado de excepción y declaró a 22 bandas delictivas como terroristas y objetivos militares, para lo que declaró el primer conflicto armado interno en la historia del país. Con la militarización de las calles, cárceles, puertos y otros sectores estratégicos y de la mano de la propaganda oficial, enlistando los logros del secreto Plan Fénix y del Bloque de Seguridad, la respuesta de la mayoría de ciudadanos fue de respaldo al Mandatario y los uniformados. Eso se vio reflejado en los recientes resultados de la consulta popular y referendo, que pese a la mínima campaña electoral, dieron la victoria a las nueve preguntas en materia de seguridad.

El asalto a la Embajada de México en Quito y la captura de Jorge Glas le costaron a Ecuador el rompimiento de esa relación diplomática, pese a la importancia de ese país en el tratamiento de la crisis migratoria de los ecuatorianos que viajan a Estados Unidos. Pero el rechazo generalizado a la incursión de las fuerzas públicas en la sede diplomática, violentando los tratados internacionales, no le costó al presidente Noboa una baja significativa en su popularidad. Un amplio espectro de la ciudadanía aplaudió la detención del exvicepresidente. Y, aunque Ecuador es ahora objeto de una demanda internacional por parte de México y se hizo acreedor a la condena de la comunidad internacional, las críticas a la decisión de Noboa solo quedaron para la discusión entre los actores políticos.

Aunque, el Primer Mandatario llegó al poder sin una mayoría en la Asamblea Nacional, su gobierno ha logrado aprobar cinco leyes económicas urgentes, algo que le resultó imposible a su predecesor, Guillermo Lasso. Y, pese a que Noboa ha ido quemando puentes con las otras fuerzas políticas, estas están ahora obligadas a tramitar las reformas derivadas de la consulta, por mandato popular. Incluso en temas a los que se habían opuesto radicalmente, como el correísmo con la extradición. Además, el Ejecutivo logró adjudicarle parte de la derrota en una de las dos preguntas económicas, la del trabajo por horas, al movimiento Construye, que lo acusa de haber influido en su eliminación del registro electoral.

La reiterada crisis energética, por la ausencia de lluvias y la falta de atención al problema, golpearon al Gobierno a puertas de la votación para la consulta popular. Sin embargo, el presidente Noboa puso la responsabilidad sobre Andrea Arrobo, entonces ministra de Energía, y la acusó de sabotaje. Así, en el discurso oficial, el Ejecutivo era tan víctima de la crisis como la ciudadanía. Y, aunque tomará tiempo saber si en verdad se trató de un sabotaje y pese a los extensos apagones de finales de abril, esto no golpeó a Noboa en la consulta. Además, el Gobierno tuvo la suerte de que las lluvias regresaron y de que se esperan aún más días de precipitaciones en mayo, por lo que los embalses y las hidroeléctricas están recuperando de a poco su capacidad de producción.