El alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, cumple 100 días al frente de la ciudad, donde priman las deficiencias de los servicios, en especial del transporte público.
Los problemas surgieron apenas se sentó en el escritorio, el 15 de mayo de 2023. El alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, ha dedicado los primeros 100 días de su administración a analizar las cuentas y la situación financiera de las empresas municipales.
Pero esa fiscalización a la gestión de la socialcristiana Cynthia Viteri le ha traído solo dolores de cabeza, además de confrontaciones en redes sociales con sus detractores, a quienes llama 'trolls' o los identifica con las huestes de su antecesora.
El funcionario incluso terminó abruptamente el proceso de transición, luego de que Viteri disolviera la comisión de transición municipal y anunciara que ella lideraría el proceso.
"Esto es un acto de irrespeto a los ciudadanos guayaquileños", aseguró Alvarez en un comunicado el 7 de marzo, cuando ya mostraba los rasgos de un temperamento impetuoso, como el de Viteri. En definitiva, agua y aceite.
Alvarez, de 38 años, fue la revelación del correísmo, que -al tercer intento- por fin pudo arrebatarle la alcaldía guayaquileña al Partido Social Cristiano (PSC), luego de 30 años de predominio.
Lo primero que hizo cuando se posesionó, el 14 de mayo, fue aclarar que la primera letra de su apellido no tenía tilde.
El alcalde ganó las elecciones seccionales de febrero de 2023 con un plan de nueve propuestas agrupadas en cinco ejes:
- Económico.
- Seguridad.
- Administración.
- Infraestructura urbana y rural.
- Ambiente, riesgo y cambio climático.
Cuando cumplió un mes en funciones, Alvarez lanzó el primer diagnóstico, que revelaba las falencias de Viteri en la administración municipal.
Lo primero que encontró, dijo, fue un sistema de transporte Metrovía quebrado, con solo tres de las siete troncales prometidas operando, además de deudas bancarias de los consorcios privados que operan esas troncales:
- Metroquil, con USD 1.216.379
- Metroexpress, con USD 3.259.348.
También una Aerovía en litigio con el Consorcio Aerosuspendido Guayaquil POMA S.A.S y Sofratesa, que presentó una demanda de arbitraje contra el municipio por USD 20,3 millones ante la Cámara de Comercio Internacional (CCI), con sede en Madrid.
Alvarez halló en caja USD 10,2 millones; USD 231 millones en obligaciones con proveedores y asignaciones por convenios con empresas públicas municipales, sin contar pagos por contratos de obras.
En el municipio, aseguró Alvarez, encontró cuentas por cobrar por USD 34,5 millones, de un presupuesto prorrogado de 2022 de USD 782 millones, “el cual fue reajustado, porque lo vieron inflado, en USD 755 millones, que seguía inflado”.
De este monto, la administración de Viteri recaudó USD 598 millones “y han devengado USD 608 millones”.
Además anunció el cierre temporal de la plaza Guayarte, por no estar apta para la visita del público, según el informe de riesgos que realizó el Municipio.
Sus peleas en X
Todos estos diagnósticos y cuestionamientos a la administración de Viteri, le abrieron a Alvarez un frente de batalla en la red social X, del que no huía jamás. Al menos hasta que supuestamente hackearon su cuenta y no la han vuelto a activar.
Pero en la memoria colectiva quedaron frases como "por gente como usted estamos en la M en este país", luego de que una ciudadana le preguntara en X si teníamos alcalde, tras la jornada violenta registrada el 25 de julio, día de la fundación de Guayaquil.
O la bronca con el dirigente de Barcelona, Rafael Verduga, cuando el equipo de sus amores perdió 1-3 ante Emelec, el 3 de junio en Guayaquil.
“Entiendan que en el fútbol no puedes tener presupuestos chimichurris, si quieres pelear el descenso, vota por Verduga“, espetó Alvarez.
Como alcalde de Guayaquil, Alvarez también ha intervenido en temas relacionados con Barcelona, del cual fue su vicepresidente. “Pediremos que Atlético Madrid juegue la Noche Amarilla 2024”, dijo el 24 de julio, en una reunión con directivos del club español.
Es que Alvarez no solo peleaba por X, sino que también atendía pedidos y ordenaba a los funcionarios municipales con la frase "favor atender", al estilo del expresidente Rafael Correa.
Ahora, el alcalde se limita a promover su trabajo diario, esta vez solo por Telegram, sin demostrar la más mínima nostalgia por la red X, que tanto coraje le despertó.
Un concejo a su medida
Las reuniones del concejo cantonal de Guayaquil han dejado claro que Aquiles Alvarez no tiene oposición, pese a los seis concejales del PSC-Madera de Guerrero y una de SUMA, versus los ocho de la Revolución Ciudadana.
Hasta el momento, todas las resoluciones del Concejo se han tomado por unanimidad o por mayoría aplastante.
Incluso con el toque picaresco de la edil socialcristiana Mayra Montaño, quien confiesa a gritos su respaldo a Alvarez y "que me digan volteada, ¿cuál es el problema?".
El Concejo de Guayaquil ha aprobado, hasta la fecha, las siguientes ordenanzas:
- El nuevo ordenamiento territorial de la ciudad.
- La creación de la Empresa Pública de Seguridad.
- La rebaja de las multas de tránsito.
- Ordenanzas para incentivar el trabajo de los comerciantes informales y la que norma los espectáculos públicos.
El Municipio de Guayaquil ha pedido además la competencia de los parques Samanes y Forestal, que ya cuenta con el visto bueno del presidente Guillermo Lasso.
Una de las ventajas de Aquiles Alvarez es que, pese a su membrete correísta, tiene buenas relaciones con empresarios y líderes políticos jóvenes, incluso de partidos rivales, como los alcaldes de Samborondón, Juan José Yúnez (PSC); y de Durán, Luis Chonillo.
También simpatiza con el gobernador de Guayas, Francesco Tabacchi, y con el presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, Miguel Ángel González, aunque esto no sea del agrado de la rancia militancia de la Revolución Ciudadana.
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