Otto Sonnenholzner: una figura sin partido entre partidos sin candidato

Han pasado 19 meses desde que Otto Sonnenholzner llegó a la Vicepresidencia. Exactamente 567 días. Y, cada vez, hay menos dudas sobres sus aspiraciones presidenciales, aunque de entrada las haya negado y siga sin ratificarlas.

Después de meses de especulaciones y recorridos por el país, atendiendo la emergencia sanitaria, Sonnenholzner decidió poner el tema electoral sobre la mesa, el 2 de julio. Aunque no ha hablado de ningún partido.

Desde entonces la opinión pública ha estado atenta a su renuncia. Las organizaciones políticas deberán llevar a cabo sus elecciones primarias en agosto, para definir a sus binomios presidenciales, como establece la Ley Electoral.

Según la firma encuestadora Cedatos, en junio, el 42,3% de ciudadanos dijo creer en la palabra del vicepresidente y el 49,3% dijo que aprobaba su gestión. Mientras que al presidente Lenín Moreno le cree un 13,2% y su aprobación llegó al 15,2%.

Un perfil ventajoso

En menos de dos años, el empresario y radiodifusor guayaquileño pasó de ser conocido en ciertos círculos locales a ser el rostro más visible del Gobierno nacional durante la pandemia de Covid-19.

Antes de diciembre de 2018, cuando entró a la terna del Ejecutivo para reemplazar a María Alejandra Vicuña, por ejemplo, es difícil encontrar información en redes sociales sobre Sonnenholzner. Hasta entonces, su actividad más popular era el programa de entrevistas matutinas en radio Tropicana.

De ascendencia alemana por parte de su padre y libanesa por su madre, Otto Sonnenholzner Sper tiene dos características que lo diferencian de la mayoría de sus posibles competidores: no tiene filiación política y su juventud, pues apenas cumplió 37 años.

Además, la vicepresidencia le sirvió como una plataforma nacional. Y la emergencia sanitaria hizo que recorriera el país. Últimamente, incluso se lo veía públicamente acompañado de su esposa, Claudia Salem Barakat, con quien tiene tres hijos.

La juventud de la pareja es un factor clave, como reveló uno de sus asesores a PRIMICIAS, porque, permitirá a Sonnenholzner conectar con un electorado de entre 16 y 40 años.

El exvicepresidente es de profesión economista, pero de oficio locutor, además de empresario y, aunque diga que no, ahora ya es un político pero sin partido.

Es por eso que varias agrupaciones lo miran con buenos ojos, aunque nadie se ha atrevido a decirlo públicamente.

Sonnenholzner repite que no está en el cargo para hacer lo que resulta popular, sino lo correcto. Y, aunque se muestra conciliador y prudente, ha sabido responder a las críticas e incluso criticar cuando lo ha considerado necesario.

Varias veces fue la voz del Gobierno en las cadenas nacionales por la pandemia. Recorrió hospitales, recibió cooperación internacional, visitó barrios populares. Pero, esto en abril las cosas cambiaron.

Justo cuando más notoria era su creciente popularidad, los equipos dentro del Ejecutivo tuvieron un desencuentro, un 'malestar'. Y se habló de una posible renuncia de Sonnenholzner. Pero, nadie desmintió los rumores de un desencuentro entre la Presidencia y la Vicepresidencia. Y, ese mismo mes dos funcionarios cercanos a Sonnenholzner fueron removidos del gabinete.

Ahora, a un mes de que los partidos y movimientos políticos arranquen sus procesos de selección internos, Sonnenholzner anunció que él recorrerá su propio camino electoral, aunque no llegue a ser el candidato.

Según su forma de ver, como van las cosas, el voto terminará dispersándose en las presidenciales y después "nos vamos a arrepentir". Ahí mismo dijo que, por ejemplo, con el líder del PSC, Jaime Nebot, tiene una relación de respeto y amistad.

Y el PSC, tras la negación de Jaime Nebot de participar en las elecciones, se abrió a la posibilidad de impulsar un candidato independiente.

También hay otros frentes que se preparan de para la contienda electoral y hay quienes ya ven a Otto Sonnenholzner como una opción.

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