Con la segunda vuelta de frente, los actores políticos y sociales toman posiciones respecto a los candidatos presidenciales: Luisa González y Daniel Noboa. Pocos quieren vincularse frontalmente con el correísmo.
El correísmo estará en la segunda vuelta por quinta vez, la tercera consecutiva sin su líder en la papeleta. El 15 de octubre, Luisa González se enfrentará a Daniel Noboa en las urnas. Ambos candidatos sin un pasado político relevante y sin un capital político propio, personal.
La incógnita radica en cuál de las dos opciones podrá 'jalar' la mayoría de votos de quienes optaron por otros candidatos, el nulo o el blanco en la primera vuelta.
En total, en el padrón electoral están registrados 13,4 millones personas. De ellos, acudieron a votar 10,8 millones. Por González optaron 3,3 millones y por Noboa 2,3 millones.
Es decir, hay alrededor de 4,2 millones de electores que deberán escoger otra opción. A ellos se suman cerca de un millón de votantes que prefirieron el nulo y blanco, pero también podrían decantarse por uno u otro candidato en la segunda vuelta.
Los otros candidatos
Una de las pocas certezas en la política ecuatoriana es que los votos de los partidos y sus candidatos no son endosables. Es decir, las organizaciones políticas no influyen en la decisión de sus simpatizantes o de su casi inexistente militancia.
La única excepción a esta regla es el correísmo. No importa el partido, número de lista o candidato que elija el expresidente Rafael Correa. Si tiene su bendición, el voto duro de sus simpatizantes irá hacia esa opción.
Sin embargo, con los resultados a la vista, los otros seis candidatos de la contienda han ido tomando posiciones de frente a la segunda vuelta:
- Yaku Pérez dijo que no apoyará a ningún candidato.
- Jan Topic dijo que su voto irá a Daniel Noboa.
- Otto Sonenholzner se limitó a decir que no votará por el correísmo.
- Christian Zurita, reemplazo de Fernando Villavicencio, afirmó que no votará por Luisa González, pero su compañera de fórmula, Andrea González, dijo que sí votará por Daniel Noboa.
- Xavier Hervas no se ha pronunciado.
- Bolívar Armijos es el único candidato que ha declarado frontalmente su apoyo al correísmo.
Esto demuestra que la división de correísmo y anticorreísmo sigue siendo el estándar en la política electoral. Y que los respaldos a la Revolución Ciudadana solo vienen de quiénes en algún momento fueron sus aliados.
Los actores políticos y sociales
La contienda para la segunda vuelta presidencial no arranca oficialmente, pero tanto Luisa González como Daniel Noboa están en precampaña nuevamente e intentando reajustar sus estrategias para sumar votos.
Y los partidos que quedaron por fuera de la lid electoral intentan también acomodarse de frente al balotaje. Al no haber participado con candidatos propios o haber quedado fuera de la papeleta, pretenden hacer acto de presencia emitiendo su apoyo o rechazo frente a González y Noboa.
Por ejemplo, la alianza que auspició a Topic está dividida. El Partido Social Cristiano anunció rápidamente su respaldo a Noboa. Y Lucio Gutiérrez, de Sociedad Patriótica, también dijo que esa es su inclinación. Mientras que Centro Democrático "dejó en libertad" a su militancia para que elija cualquier opción el 15 de octubre.
El movimiento Construye, que auspició al asesinado Fernando Villavicencio, dejó claro que no votará por el correísmo y que un eventual apoyo a Noboa dependerá de la postura que tenga frente a sus “propuestas sobre los temas de nuestra agenda legislativa y de gobierno”.
Entre los ausentes de la contienda presidencial están Pachakutik e Izquierda Democrática. El primero aún no ha definido posturas, mientras sigue enredado en su pugna interna. Y la segunda optó por Noboa.
Los actores sociales también se han hecho presentes con sus pronunciamientos, especialmente para marcar su posición en la división correísmo y anticorreísmo.
Por ejemplo, la Conaie no tomará partido, acorralado entre dos tendencias a las que ideológicamente rechaza. La dirigencia indígena se limitó a decir que no se pronunciará y que se mantienen fieles a su propio proyecto político.
Esto hizo que los candidatos del correísmo, Luisa González y Andrés Arauz, inmediatamente aprovecharan la oportunidad para decir que las demandas de la Conaie son parte de su plan de gobierno. Que básicamente impulsan las mismas propuestas.
Las centrales sindicales fueron más radicales en su pronunciamiento. Dijeron de frente que no tienen opción en la segunda vuelta y calificaron a ambas candidaturas de representantes de la "burguesía".
Pero, pese a los pronunciamientos a favor o en contra, si algo se demostró durante la primera vuelta, es que el resultado es impredecible.
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