El Banco Central del Ecuador (BCE) proyecta que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá en 2,8% en 2021. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que a Ecuador le tomará seis años recuperar el PIB por habitante que se tenía en 2019.
La vacunación para Covid-19 es una condición indispensable para la reactivación, así como lo es la adaptación tecnológica de los procesos económicos (producción, intercambio y consumo) y educativos. De esto último no hay señales de política pública, lo que abre las brechas de desigualdad, siendo quienes tienen mayores recursos los que logran hacerlo.
La vacunación va en aumento. Entre enero y julio de 2021, unos 2,4 millones de personas han recibido las dos dosis de la vacuna. La meta es que a finales de este mes deben ser nueve millones, esperemos que se cumpla.
En términos de reactivación. Lo que se sabe es que el PIB se redujo 5,6% en el primer trimestre de 2021, en comparación con el mismo periodo de 2020.
El consumo del gobierno cayó 8,5%, la inversión bajó 6,3% y el consumo de los hogares decreció 3%. En la balanza comercial, las exportaciones cayeron 3% mientras que las importaciones aumentaron un 2%. No hay más producción, pero si mayor consumo importado.
En el mismo periodo la cuenta corriente de la balanza de pagos registró un crecimiento de USD 517 millones, que se explica por un incremento de USD 199 millones en los ingresos de remesas de trabajadores, y una reducción de USD 408 millones en las salidas de rentas de capital. No hay señales de elementos de reactivación económica nacional.
De acuerdo con datos del INEC, el empleo adecuado cayó del 38,8% en diciembre de 2019, al 30,4% en diciembre de 2020, y se ha mantenido, siendo el 31,3% en junio de 2021. Las horas de trabajo semanales que eran de 39:58 para hombres y 34:17 para mujeres en diciembre de 2019, a junio de 2021 son 37:01 y 30:46 respectivamente. No hay mejoras en el empleo.
A pesar de este escenario, las medidas de política económica del gobierno nacional se han enfocado en eliminación de aranceles, reducir el impuesto a la salida de divisas y ampliar la producción de petróleo con inversión privada internacional amparada además en el retorno al Ciadi. Todas dan cuenta de una potencial mayor salida de divisas, amparada en el uso de la reserva internacional.
De aumentar el salario básico, como se ofreció en campaña, no se habla. Tampoco de eliminar el impuesto del 2% sobre ventas a microempresas, ni de derogar la normativa que permite la reducción de jornadas de trabajo, que ofrecieron en campaña varias bancadas que ahora ocupan curules en la Asamblea Nacional.
Sin señales de reactivación, ni propuestas en esa línea, parece que las prioridades nacionales y las ofertas de campaña, quedaron lejos de los intereses de la clase política, una vez más.
Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.
Lo último